Descubiertos los restos del más grande dinosaurio carnívoro de la península ibérica del Cretácico Inferior.

LOGROÑO, 6 de julio. Un equipo de investigadores internacionales, comandado por la Universidad del País Vasco (EHU), ha hecho un hallazgo significativo en la provincia de Soria al descubrir los restos de un espinosaurio de gran tamaño.
Este dinosaurio, que data de hace 125 millones de años, presenta una longitud corporal que oscila entre los 10 y 12 metros, lo que lo convierte en el mayor depredador del Cretácico Inferior hallado hasta ahora en la península Ibérica.
La investigación fue liderada por los científicos Erik Isasmendi y Xabier Pereda de la Universidad del País Vasco, y contó con la participación de Adrián Páramo, investigador en la Universidad de La Rioja, y la paleontóloga Elena Cuesta, del Museo Estatal de Paleontología y Geología de Baviera, Alemania. Los hallazgos han sido publicados en la reconocida revista Cretaceous Research.
Los fósiles, que incluyen dientes, vértebras y huesos de cráneo y extremidades, fueron extraídos de los yacimientos de Los Caños y Zorralbo I, situados en las proximidades de la capital de Soria. Estos yacimientos son parte de la Cuenca de Cameros, un área que durante el Cretácico Inferior acumuló sedimentos significativos.
Los restos fósiles fueron descubiertos y restaurados por la familia Meijide-Fuentes Vidarte a lo largo de varias décadas, y actualmente se encuentran en el Museo Numantino de Soria.
Los espinosaurios son conocidos por sus características anatómicas únicas que los diferencian de otros terópodos. Erik Isasmendi explica que presentan un cráneo alargado y bajo con dientes cónicos, similar al de los cocodrilos de hoy. Sus brazos son largos y robustos, terminando en potentes garras de tres dedos, y algunos de ellos poseían una distintiva vela dorsal, evidenciada por sus largas espinas neurales.
Estos dinosaurios habitaban en cercanías de cuerpos de agua, como ríos y lagos, y se estima que su dieta era predominantemente piscívora, aunque también podían cazar otros animales.
Los resultados de esta investigación son esenciales para ampliar el conocimiento sobre la diversidad de dinosaurios terópodos en la Cuenca de Cameros y en toda la península Ibérica durante el Cretácico Inferior. Hasta ahora, se han identificado cinco especies distintas de espinosaurios en este periodo, incluyendo el barioniquino Riojavenatrix lacustris de Igea, en La Rioja.
El espinosaurio encontrado en Soria podría representar una nueva especie única de la región de Cameros, aunque se requiere el hallazgo de más restos fósiles para verificar si se trata efectivamente de una especie distinta, como señala el autor principal del estudio.
Además, los yacimientos en Soria han proporcionado varios dientes aislados que podrían pertenecer a un segundo terópodo, que por ahora se clasifica provisionalmente como un tetanuro indeterminado.
Estos yacimientos son parte de la formación geológica Golmayo, la cual contiene depósitos fluviales de la etapa Hauteriviense-Barremiense. En esta zona se han recuperado fósiles de una variedad de fauna, que incluyen terópodos, ornitópodos como el Magnamanus, saurópodos como el Soriatitan, además de otras criaturas como cocodrilos, tortugas y peces, así como restos de vegetación.
Este importante estudio ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (MICIU), con el respaldo del grupo de investigación del Gobierno Vasco IT 1485-22. Los resultados forman parte de la tesis doctoral defendida el 15 de octubre de 2024 por Erik Isasmendi en la Facultad de Ciencia y Tecnología de la EHU.
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