
LOGROÑO, 28 de agosto. La situación de los ganaderos en La Rioja se ha vuelto crítica debido a los continuos ataques del lobo, que han mantenido su actividad letal durante los meses de verano. La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de la región ha expresado su preocupación por el impacto que estos depredadores están teniendo en el ganado, especialmente en la zona de las siete villas.
La ganadería extensiva se ha convertido en un pilar fundamental de la economía local y un factor clave para la fijación de población en el área. Sin embargo, las familias que dependen de este sector se encuentran angustiadas por la falta de medidas efectivas por parte de las autoridades. La Junta Directiva de UPA Rioja ha denunciado que la administración parece impotente para controlar la población de lobos, atrapada en trámites administrativos complejos que no benefician a los afectados.
Las estadísticas de ataques en julio y agosto revelan una realidad alarmante: en Canales de La Sierra se han reportado seis ataques y siete ovejas muertas; en Villavelayo, dos ataques con dos ovejas muertas; en Mansilla de La Sierra, tres ataques resultaron en cinco ovejas fallecidas; en Viniegra de Abajo, 1 oveja muerta y dos heridas; mientras que en Viniegra de Arriba se contabilizan seis ataques, con diez ovejas y dos terneros muertos. También en Ventrosa han ocurrido dos ataques, resultando en la muerte de doce ovejas y cinco más heridas. Estas cifras no reflejan la totalidad del daño, ya que muchas veces las desapariciones no se pueden verificar oficialmente.
La situación es tan grave que, recientemente, un ganadero de Viniegra de Abajo se vio obligado a cerrar su explotación caprina después de que sus cabras desaparecieran uno a uno, un indicativo del impacto que el lobo tiene no solo en los rebaños, sino también en la economía local. En el contexto del aumento de incendios forestales, expertos señalan que la ganadería extensiva juega un papel crucial en la prevención de estos desastres naturales, resaltando aún más la necesidad de preservar este sector.
La UPA de La Rioja ha advertido que, si no se toman decisiones para frenar los ataques y se continúa la tendencia de pérdidas en los rebaños, el ganado menor —como cabras y ovejas— podría desaparecer de nuestras montañas, lo que arrastraría a otras especies ganaderas a un destino similar. La organización ha hecho un llamado urgente para implementar una gestión eficiente de la población de lobos, con el fin de asegurar un futuro viable para la ganadería en la comunidad y garantizar el relevo generacional. De no abordar este problema, el sector ganadero podría enfrentarse a su extinción, con consecuencias profundas tanto a nivel social como medioambiental.
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