La ciudad de Logroño, en su proceso inicial para la implementación de una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en los barrios de Madre de Dios y San José, ha generado controversia entre los grupos políticos y vecinales locales. La portavoz del equipo de Gobierno, Celia Sanz, asegura que esta medida no implicará restricciones para los residentes, sino que se ajustará a los indicadores ambientales y podría incluir medidas temporales.

Durante el pleno ordinario de febrero, los Grupos Municipales del PSOE, Unidas Podemos-IU y Partido Riojano presentaron una moción conjunta para exigir un análisis técnico sobre la ZBE. Los vecinos han expresado su descontento, afirmando que la comunicación fue repentina y falta de consenso.

Desde diferentes partidos políticos, se ha criticado la falta de transparencia y participación en la implementación de la ZBE. Algunos consideran esta medida como innecesaria e ineficaz, mientras que otros la ven como un paso necesario hacia una ciudad más sostenible.

Celia Sanz asegura que se han realizado estudios y se han tomado en cuenta las preocupaciones de los vecinos en el proceso de creación de la ZBE. Se establecerán categorías de acceso y se valorarán los indicadores de calidad del aire para determinar las posibles restricciones. Sin embargo, se garantiza que no se afectará la movilidad de los residentes.

El alcalde Conrado Escobar, por su parte, destaca la importancia de trabajar en conjunto para lograr una ciudad más saludable. Aunque reconoce la imposición legal de la ZBE, se compromete a escuchar las opiniones de los vecinos y a buscar medidas que beneficien a toda la comunidad.