El próximo lunes 11 de noviembre se llevará a cabo un juicio en la Audiencia Provincial que promete ser un evento de gran relevancia social y legal. Este caso involucra a un individuo que enfrenta serias acusaciones por abuso sexual, lo que ha suscitado un amplio debate sobre la seguridad y protección de las mujeres en nuestra sociedad.

Según información proporcionada por la Fiscalía, se está solicitando una condena de 14 años de prisión y una indemnización de 25.000 euros en concepto de daños para el acusado, quien se enfrenta a dos cargos de abuso sexual. Esta solicitud incluye una pena de siete años por cada uno de los delitos, relacionados con un incidente ocurrido en un bar y en un domicilio de Logroño, donde el acusado habría alcoholizado a una joven de 21 años.

Los eventos se remontan al 15 de julio de 2020, cuando el acusado, que en ese momento contaba con 30 años, estableció contacto con la víctima a través de una solicitud de amistad en la red social Instagram, la cual fue aceptada por la joven. Al día siguiente, sostuvieron una conversación en línea y el acusado propuso encontrarse esa misma tarde en su bar en Logroño, alegando que así podrían disfrutar de las bebidas de manera gratuita.

La joven asistió al bar a la hora acordada, y al llegar, el acusado cerró la puerta y las cortinas del local, argumentando que lo hacía para evitar la entrada de otras personas. Tras un tiempo charlando, el acusado comenzó a preparar tragos alcohólicos para la víctima. Si bien no se ha determinado con precisión cuánto alcohol consumió la joven, se sabe que ingirió varios cócteles y chupitos durante su visita.

En un momento crítico, cuando la joven comenzó a mostrar signos de embriaguez, el acusado, con intenciones de satisfacer sus deseos sexuales, mantuvo relaciones sexuales con ella en el suelo del bar. La Fiscalía sostiene que, a causa del estado de intoxicación de la víctima, se anularon su capacidad de decisión y su conciencia, y que ella expresó en un momento que se sentía mal. El acusado, sin embargo, le ofreció agua en lugar de detenerse.

Después de que la joven vomitara en varias ocasiones, el acusado sugirió que se trasladaran a su hogar para que pudiera recuperarse. Al llegar a su domicilio, la joven se acomodó en una cama y, debido a su estado, no recuerda lo que ocurrió. Una vez más, el acusado aprovechó la situación, manteniendo relaciones sexuales con ella sin su consentimiento, mientras la víctima seguía con su capacidad volitiva comprometida.

Posteriormente, el acusado acompañó a la joven de regreso a la plaza del Espolón en Logroño alrededor de las 22 horas. Como resultado de estos incidentes, la víctima experimentó un perjuicio moderado durante 30 días, así como 150 días de perjuicio personal básico, y ha resultado con secuelas, incluyendo un trastorno de estrés postraumático.

Es relevante mencionar que el acusado cuenta con una medida cautelar que le prohíbe aproximarse a la víctima en un radio de 200 metros y mantener cualquier tipo de comunicación con ella. Además, no puede salir del país y tiene retenido su pasaporte. La Fiscalía califica estos actos como constitutivos de dos delitos de abuso sexual, lo que justificaría la petición de 7 años de prisión por cada cargo.

La Fiscal también tiene la intención de que se le imponga una prohibición de acercamiento a la víctima por un período de ocho años y la supervisión bajo libertad vigilada durante otros siete años tras cumplir su condena. Adicionalmente, se busca que el acusado indemnice a la víctima con 25.000 euros, compensando así los daños físicos y morales que este suceso haya podido causar.