Logroño proyecta una vía fluvial de 2 kilómetros en el Ebro y renueva infraestructura en Barranco de Oyón.

El Ayuntamiento de Logroño está tomando medidas significativas para la revitalización de la zona norte de la ciudad, con un enfoque particular en la mejora del cauce del Ebro y el Barranco de Oyón. Estas iniciativas, que se llevarán a cabo en varias fases y con una inversión considerable, buscan abordar problemas históricos que han afectado a estas áreas y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
En una reciente reunión de la Junta de Gobierno Local, encabezada por el alcalde Conrado Escobar y el concejal de Medio Ambiente, Jesús López, se anunciaron planes de actuación que incluyen una inversión inicial de un millón de euros para el cauce del río Ebro. Esta intervención está prevista para ejecutarse entre los años 2025 y 2027 y se centrará en subsanar los problemas actuales en la navegabilidad y sostenibilidad del río, respondiendo así a un reclamo histórico por parte de los habitantes de la región.
El alcalde Escobar subrayó que la intervención en el Ebro tiene como objetivo eliminar los puntos críticos que actualmente afectan al río, que no ha recibido atención adecuada en años. Por su parte, López detalló cómo el cierre de antiguas piscinas y la estructura del azud del Ebro chico han contribuido a un desequilibrio en el cauce del agua, lo que ha llevado a la necesidad urgente de realizar estas obras.
Los problemas de erosión en la margen derecha del río, que aunque no son nuevos, han alcanzado un grado crítico. Este fenómeno ha provocado la creación de un remanso en el embarcadero, generando acumulación de lodo mientras que, en la otra orilla, el lecho del río se ha formado a una profundidad alarmante. Con el objetivo de mitigar estos problemas, en 2025 se llevará a cabo un estudio técnico exhaustivo que identificará las soluciones necesarias para restaurar el cauce y mejorar la infraestructura existente.
Escobar expresó su deseo de transformar el Ebro en un espacio que brinde oportunidades para la práctica de deportes acuáticos como el piragüismo y el remo, contemplando una longitud útil de 2 kilómetros. Este proyecto incluirá la construcción de un nuevo embarcadero, y se espera que el mismo esté listo para ser licitado en el año 2026, lo que no solo mejoraría las instalaciones, sino que también enfatizaría el carácter de la zona como un espacio recreativo y deportivo de relevancia internacional.
Además de las obras en el cauce del Ebro, se han diseñado planes para el Barranco de Oyón con un presupuesto de 900.000 euros, que se espera inicien en 2025. Este proyecto está orientado a reducir el riesgo de inundaciones en el barrio de El Campillo, al tiempo que busca restaurar el cauce natural del río, una combinación que responde tanto a preocupaciones medioambientales como a las necesidades de seguridad de los residentes.
En este sentido, Escobar mencionó que la actuación en el barranco será dividida en dos fases: la primera enfocada en la obra civil y la segunda en el paisajismo y el embellecimiento de la zona. Esto es un ejemplo claro de cómo el Ayuntamiento está priorizando la prevención de desastres naturales, que ha sido una preocupación recurrente entre los vecinos.
La administración local también se ha comprometido a mejorar los espacios públicos, y en respuesta a las solicitudes vecinales, se llevará a cabo una remodelación en los recorridos peatonales del Parque de San Antonio. Este proyecto, que se espera sea desarrollado en 2026, busca no solo actualizar el pavimento, sino también garantizar la accesibilidad y el uso recreativo del espacio para los ciudadanos.
Otro proyecto de vital importancia es la mejora de la conexión y señalización del yacimiento arqueológico de Monte Cantabria, que se contempla con un presupuesto de 50.000 euros. Esta actuación no solo busca aumentar el atractivo turístico de la zona, sino que también es un reconocimiento del valor cultural de este sitio histórico que data de tiempos ancestrales.
Por último, el Ayuntamiento también ha manifestado su intención de ejecutar un plan de mejora de las conexiones y el tráfico en la zona, un hecho que no pasa desapercibido dado el crecimiento demográfico que experimenta El Campillo. Este plan busca atender las quejas de los vecinos sobre la movilidad y la seguridad en las calles, con la introducción de medidas destinadas a reducir la velocidad del tráfico y mejorar los itinerarios tanto peatonales como ciclistas.
Este enfoque proactivo por parte del gobierno local es un paso positivo hacia la construcción de un Logroño más accesible y seguro para todos, que atiende tanto a la evolución de la infraestructura como a las necesidades de una comunidad que merece atención y desarrollo.
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