Crónica La Rioja.

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Las cuencas de seis ríos en La Rioja muestran una caída del 30 % en sus caudales en cinco décadas.

Las cuencas de seis ríos en La Rioja muestran una caída del 30 % en sus caudales en cinco décadas.

LOGROÑO, 13 de julio. Un preocupante informe revela que las cuencas de seis ríos en La Rioja han sufrido un notable descenso en sus caudales, alcanzando una reducción promedio del 30% en los últimos cincuenta años. Este análisis, publicado en la revista Hydrological Processes, es el resultado del trabajo de un equipo de investigadores del Grupo Erosión, Usos del Suelo y Ordenación del Territorio (EUSOT) de la Universidad de La Rioja.

El estudio, que puede consultarse en el enlace https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/hyp.70166, cuenta con la firma de los investigadores Jorge Lorenzo-Lacruz, Noemí Lana-Renault, José Arnáez, Purificación Ruiz-Flaño y Natalia Martín-Hernández. Su labor se centró en el análisis de tendencias hidroclimáticas entre 1965 y 2015, incorporando índices estandarizados de precipitación y caudal, así como datos satelitales sobre la vegetación de la región.

El trabajo deja al descubierto las consecuencias de la progresiva expansión del clima mediterráneo hacia el oeste en las cuencas montañosas de la Cordillera Ibérica Occidental, específicamente en La Rioja. Estas cuencas, localizadas en una zona de transición entre las influencias atlántica y mediterránea, han experimentado importantes alteraciones en sus regímenes hidrológicos durante el periodo estudiado, asociándose estas variaciones a cambios climáticos evidentes y transformaciones en el uso del suelo.

Como resultado, se ha constatado un descenso general en los caudales anuales de los ríos, con un impacto más significativo durante las estaciones de primavera y verano. En particular, las cuencas que se verían afectadas por el clima atlántico, como los ríos Oja, Najerilla y Albercos, han perdido un 29,6% de su caudal en promedio, mientras que las que pertenecen al ámbito mediterráneo, como Cidacos, Linares y Añamaza, han sufrido una reducción del 35%.

El río Cidacos ha sido el más afectado, con una disminución de caudal del 45%, y ha registrado caídas críticas de hasta el 62% en primavera. Este excesivo descenso de agua se atribuye a pautas climáticas cambiantes, que han generado una disminución de las precipitaciones, especialmente notoria en primavera y verano. Algunos ríos, como el Albercos, han visto disminuir las lluvias anuales hasta 123 litros por metro cuadrado.

Adicionalmente, se ha señalado un aumento en las temperaturas estivales en las cuencas estudiadas, que oscila entre 1,5 °C y 2 °C. Un aspecto interesante que han encontrado los investigadores es la diferencia en la respuesta de las cuencas mencionadas a las precipitaciones: mientras que las cuencas atlánticas muestran una reacción rápida, con correlaciones máximas a los 2-3 meses después de la lluvia, las mediterráneas presentan una respuesta más lenta que puede prolongarse hasta 24 meses.

En conclusión, el avance del clima mediterráneo hacia estas regiones está afectando directamente la disponibilidad de agua, con lejanas lluvias primaverales y un incremento en las temperaturas de verano. Por otra parte, aunque la revegetación ha podido aliviar la erosión de suelos, también se presenta como un factor que podría intensificar la escasez de agua, dado su mayor consumo hídrico y la elevación en los niveles de evapotranspiración, particularmente en los meses más cálidos.