
LOGROÑO, 18 de marzo.
El trabajo conjunto del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) y la Consejería de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural y Medio Ambiente de La Rioja ha llevado a cabo una serie de operativos preventivos en áreas rurales, centrados en la detección de cebos envenenados. Estas sustancias representan una grave amenaza para aves y mamíferos que gozan de protección legal o que están en peligro de extinción.
En esta ocasión, las autoridades han inspeccionado más de 1.215.500 metros cuadrados, abarcando zonas como el Parque Natural del Alto Najerilla y el Parque Natural de Sierra Cebollera. Afortunadamente, no se encontraron venenos, pero se planean nuevas inspecciones en otras localizaciones de la región para garantizar la seguridad de la fauna local.
Para estas labores de rastreo, el SEPRONA ha contado con la colaboración de dos cánidos especializados. Uno de ellos, llamado "Uro", es un pastor belga malinois de cuatro años, adiestrado para identificar sustancias tóxicas que se utilizan en cebos envenenados. El otro, "Senda", es una hembra de tres años, también de la misma raza, que ha sido entrenada para detectar fauna en el entorno.
La Guardia Civil enfatiza que el uso de cebos envenenados para el control de especies de manera ilegal constituye un delito según el Código Penal, lo que implica penas que pueden ascender hasta dos años de prisión junto con la inhabilitación para cazar durante un máximo de tres años. En los casos donde se produzcan daños significativos o afecten a áreas protegidas, las sanciones pueden ser aún más severas.
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