La disfunción eréctil afecta al 61% de los hombres operados de cáncer de próstata, según investigación
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de La Rioja, de Zaragoza y la Internacional de Valencia ha revelado algunas consecuencias negativas para los pacientes que se someten a una prostatectomía, la extirpación de la glándula de la próstata. Según los resultados, el 61% de los pacientes experimentaron impotencia sexual y un 26% sufrieron incontinencia urinaria después de la cirugía, mientras que un 21% enfrentó ambas secuelas.
Los hallazgos se han publicado en el artículo científico titulado 'Quality of Life after Radical Prostatectomy: A Longitudinal Study', el cual examina los cambios en la calidad de vida de las personas con cáncer de próstata después de someterse a una prostatectomía.
En total, participaron en el estudio 114 hombres de entre 47 y 76 años, con una edad promedio de 62,74 años. Los resultados revelaron que el 61,40% de los pacientes experimentaron impotencia sexual y un 26,31% sufrieron incontinencia urinaria después de la cirugía, mientras que un 21% enfrentó ambas secuelas. Además, se observó que los síntomas sexuales fueron más graves en los pacientes de entre 61 y 70 años.
En términos de mejoras, el estudio señaló que hubo una mejoría en las dimensiones emocionales y cognitivas, así como en los síntomas de fatiga, dolor, náuseas y vómitos, insomnio y pérdida de apetito después de la operación. Sin embargo, también se detectó un empeoramiento en el funcionamiento de los roles sociales, la función social y el impacto económico de la cirugía.
Otro descubrimiento importante del estudio fue la disminución del apetito en pacientes a partir de los 61 años, así como la disminución del dolor en todos los grupos de edad, particularmente en aquellos de entre 61 y 70 años. Además, se observó una mejora en los síntomas de diarrea en pacientes de entre 61 y 70 años después de la prostatectomía.
En la mayoría de los casos, se identificó a los cónyuges como los principales cuidadores de los pacientes (92,1%). En cuanto a los factores de riesgo del cáncer de próstata, se observó que el 18,4% tenía antecedentes familiares de la enfermedad, el 58,8% eran fumadores y el 72,7% había fumado durante más de dos décadas.
En este sentido, se encontró que tener antecedentes familiares de cáncer de próstata mejoró la función cognitiva de los pacientes y su capacidad para tolerar el dolor, mientras que no haber fumado anteriormente tuvo un impacto significativo en la pérdida de apetito después de la prostatectomía.
En resumen, los investigadores sugieren que un estudio más detallado de los cambios en la calidad de vida puede contribuir a mejorar la atención al paciente a través de intervenciones psicosociales antes y después de la cirugía.
El artículo ha sido firmado por los investigadores Ana Anguas-Gracia, Isabel Antón-Solanas, Emmanuel Echániz-Serrano, Ana Belén Subirón-Valera, Beatriz Rodríguez-Roca, Pedro José Satustegui-Dordá, María Teresa Fernández-Rodríguez, Fernando Urcola-Pardo, de la Universidad de Zaragoza; Vicente Gea-Caballero, de la Universidad Internacional de Valencia; y Raúl Juárez-Vela, Clara Isabel Tejada-Garrido y Ana Cobos-Rincón, de la Universidad de La Rioja.
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