Crónica La Rioja.

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Forense concluye que la víctima de Viniegra no tuvo oportunidad de defenderse y atribuye la muerte al disparo.

Forense concluye que la víctima de Viniegra no tuvo oportunidad de defenderse y atribuye la muerte al disparo.

El análisis de un forense ha puesto de manifiesto las circunstancias desgarradoras en torno al asesinato ocurrido en Viniegra. La víctima, un hombre de 45 años, sufría lesiones evidentes en su cabeza, resultado de hasta 23 golpes, y se sugiere que podría haber estado vivo en el momento de la agresión. Aunque no se puede afirmar con certeza, las características de las heridas indican una secuencia que podría haber incluido primero los golpes y, posteriormente, un disparo que selló su destino.

La audiencia del juicio contra tres individuos acusados de esta brutal muerte continúa su desarrollo, con la fiscalía describiendo cómo el fallecido había estado reclamando una considerable deuda a uno de los acusados, J.A.G. Debido a la negativa de este a pagar, junto a su pareja, J.S.A, y otro cómplice, I.Z.A., decidieron tramar su asesinato. Los hechos tuvieron lugar entre el 9 y el 11 de agosto de 2022.

La dolorosa escena se agravó cuando la víctima fue golpeada con un objeto contuso o afilado en repetidas ocasiones antes de recibir un tiro en la nuca. Posteriormente, su cuerpo fue arrojado en una profunda sima tras el acto criminal. La Fiscal está pidiendo penas severas de 24 años de prisión por asesinato y un año y medio adicional por tenencia ilegal de armas para cada uno de los acusados.

El forense, testificando sobre las evidencias, ha señalado que el estado de las heridas sugiere que la víctima pudo haber estado viva al momento de recibir los golpes, aunque enfatiza que no se puede determinar con certeza el orden de los eventos fatales. Ante las insistentes preguntas de la defensa, quien intenta impugnar la visión del experto, este reafirma que la vitalidad en las lesiones hace plausible su hipótesis sobre la secuencia de agresión.

El forense también ha comentado sobre el sufrimiento que sufrió la víctima, describiendo que las heridas en la cabeza son extremadamente dolorosas y producen un sangrado abundante. Este médico estuvo presente durante el levantamiento del cadáver y relató la complejidad de extraer el cuerpo de la sima, donde se observó que la cabeza estaba cubierta con bolsas de plástico.

Inicialmente, el forense consideró la asfixia como una posible causa de muerte antes de proceder con una autopsia más detallada. Sin embargo, pronto se descubrió un proyectil en el tejido cerebral, confirmando que el disparo fue la causa de su fallecimiento. Además, quedó claro que el lugar del disparo no coincidía con la ubicación del cadáver en la sima.

El perito recalcó que, en el momento de los golpes, la víctima aún presentaba signos de vida, destacando que de haber sido golpeada post mortem, no habría presentado el mismo grado de hemorragia. Aunque se sospecha que los impactos fueron provocados por una piedra, el forense admitió que podría haberse tratado de un objeto contundente diferente.

Finalmente, el juicio también ha incluido testimonios de peritos forenses que, a través de videoconferencia, han analizado muestras de la piel de la víctima para determinar la distancia desde la cual se realizó el disparo. Lamentablemente, la condición deteriorada de la muestra dificultó este análisis, aunque se pudo descartar que el tiro se realizara a quemarropa.