Un caso de asesinato en Logroño ha resonado en los medios tras la declaración de familiares de la víctima, quien supuestamente fue asesinada por su pareja el 13 de octubre de 2020. Los familiares afirmaron ante el Juez que la mujer había manifestado su deseo de separarse debido a una situación insostenible en su matrimonio.

Una de sus hermanas destacó que, en el tiempo previo a su trágico final, la víctima estaba convencida de que necesitaba cambiar su vida. "Estaba decidida a hacerlo, me decía que no estaba viviendo y que anhelaba vivir", subrayó en el tribunal.

El juicio contra el acusado, identificado como A.E.M., por un presunto delito de asesinato con alevosía, se reanudó hace unos días. La Fiscalía y la Acusación Particular han solicitado una condena de 22 años de prisión, mientras que la defensa rechaza las acusaciones en su totalidad.

La hermana de la víctima, que es diez años mayor y tenía 56 años al momento de los hechos, aseguró que mantenía una relación cercana con ella a pesar de la distancia geográfica. "Teníamos un vínculo muy estrecho; hablábamos al menos una vez a la semana", relató ante el tribunal popular.

De acuerdo con su testimonio, tanto la víctima como el presunto agresor llevaban vidas separadas desde hacía tiempo y la mujer había expresado su intención de separarse. Además, reveló que tenía una cita con un médico al día siguiente de su asesinato para evaluar su capacidad de volver al trabajo, dado que lidiaba con problemas de espalda y había estado de baja.

En su declaración, la hermana enfatizó que su familiar había replicado en numerosas ocasiones que "no podía soportar más la situación". Cuestionada sobre la posibilidad de que su hermana temiera una reacción violenta por parte de su marido, la mujer respondió que tenía dudas sobre si él podría actuar contra su hijo.

En respuesta a las afirmaciones de la defensa sobre la falta de contacto de los hermanos con la víctima en el momento de los hechos, la hermana aclaró que en un principio se pensó que el marido de la víctima iría al pueblo en Burgos y que todos se reunirían, pero la pandemia complicó la situación. "En ese momento decidimos respetar el trabajo de la justicia y no interferir, aunque después decidimos actuar como Acusación Particular al ver la gravedad del asunto", comentó.

La hermana también lamentó que, transcurridos cinco años, aún no saben dónde se encuentra enterrada la víctima, señalando la falta de comunicación de su marido e hijo. "No nos cogen el teléfono", añadió.

Una sobrina de la víctima corroboró que su tía le había dicho que deseaba divorciarse, aunque se describió a sí misma como "muy cobarde" y nunca tomó la decisión definitiva. "Me confesó que su matrimonio estaba roto desde hace tiempo, pero por diversas razones no había podido separarse", expuso la sobrina durante su declaración por videoconferencia.

La sobrina recordó que, tras enterarse de que ella misma estaba por iniciar los trámites de separación, su tía la llamó para alentarlo, resaltando que su valentía le había dado fuerzas para considerar un cambio en su vida. Sin embargo, aclaró que su tía nunca expresó miedo hacia su pareja, solo que no deseaba seguir con él.

En la tercera sesión del juicio, la peluquera habitual de la víctima también testificó. La víctima tenía una cita programada con ella el mismo día en que fue hallada muerta. "Me sorprendió que no llegara, era muy puntual", comentó sobre el día en que la encontraron, señalando que a esa hora la mujer ya había fallecido, presumiblemente en la madrugada.