Se han hallado indicios de que el presunto autor del asesinato manipuló el escenario en su hogar, intentando simular un robo durante los hechos ocurridos en 2020. Aunque las delimitaciones del lugar presentaban un desorden significativo, las autoridades creen que este caos podría haber sido orquestado intencionalmente.

LOGROÑO, 21 de octubre.

Durante la reciente continuidad del juicio en contra de A.E.M., acusado de asesinar a su esposa tras conocer su intención de separarse, se ha presentado un testimonio crucial. Una agente de Policía Científica que participó en las inspecciones del lugar del crimen describió condiciones alarmantes, incluyendo abundante sangre y marcas que sugieren un posible enfrentamiento. Esto lleva a la conclusión de que podría haber existido la intervención de otra persona, desechando de este modo cualquier hipótesis de suicidio.

En esta jornada, se ha reanudado el proceso judicial donde el Fiscal y la Acusación Particular han exigido una condena de 22 años, mientras que la defensa del acusado sostiene su inocencia y rechaza todas las acusaciones en su contra.

La agente testificó frente al juez y el jurado, señalando que las condiciones del hogar estaban desordenadas. Según su experiencia, ello parecía indicar una manipulación del ambiente, diseñado para aparentar un robo exitoso.

A pesar de que el cadáver fue hallado en la entrada de la vivienda, se descubrieron manchas significativas de sangre en la cama matrimonial y caminos de sangre en la cocina. Aunque no podía delinear un orden preciso de los acontecimientos, enfatizó que el "escenario" del crimen presentaba una complejidad notable.

En relación a la víctima y el arma del crimen, un cuchillo de cocina que fue encontrado cerca de su mano izquierda, la agente expresó que parecía haber sido colocado intencionadamente. Durante la investigación, se encontró ADN exclusivo de la víctima en el interior de la vivienda, pero también se registraron muestras del marido en las manos de la fallecida, lo que sugiere un posible intento de defensa de su parte ante el ataque.

A pesar de que no se hallaron rastros de ADN del agresor en el cuchillo, la agente no descarta que pudiera haber sido limpiado para borrar cualquier evidencia. El caso remonta al 11 de octubre de 2020, momento en el cual el acusado se encontraba en la localidad burgalesa de Gumiel de Mercado, asistiendo en la vendimia.

El 13 de octubre, regresó a su vivienda en el Parque de Los Lirios en Logroño, donde mantuvo una acalorada discusión con su esposa, M.M.H., de 56 años en ese entonces, al enterarse de su decisión de poner fin a su matrimonio. Durante este enfrentamiento, según el Fiscal, el acusado, impulsado por un sentido de posesión y la intención de poner fin a la vida de su esposa, la atacó sorpresivamente con un arma blanca en el tórax y el abdomen, ocasionando su muerte.

Posteriormente, se alega que regresó a Gumiel de Mercado en la mañana del 13 de octubre.