En plena crisis provocada por la pandemia, la mayoría de capitales de provincia han optado por reducir el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), una decisión que impacta directamente en los ingresos municipales provenientes de los tributos locales, representando el 66% de los mismos. Sin embargo, hay excepciones como Girona, Jaén, Ávila, Cáceres, Soria, Lleida, Logroño y Murcia, donde el recibo ha experimentado un aumento en comparación con la situación previa al coronavirus.
Según un estudio sobre la fiscalidad local realizado por el Registro de Economistas Asesores Fiscales, entidad especializada en fiscalidad del Consejo General de Economistas de España, se observa la variación de las cuotas de IBI entre 2018 y 2023 para viviendas con un valor catastral de 100.000 euros. En este sentido, Palma, Barcelona y Oviedo destacan por ser las ciudades que más han reducido este impuesto.
Otras capitales como Ciudad Real, Santander, Madrid y Zaragoza también han experimentado una disminución en las cuotas, mientras que en algunas, como Girona, Jaén, Ávila, Cáceres, Soria, Lleida, Logroño y Murcia, el recibo ha aumentado en comparación con la situación previa al coronavirus.
El informe resalta que no existe un patrón claro en cuanto a la estrategia fiscal de los municipios en relación al IBI después de la pandemia. En términos generales, se ha observado que la mayoría de las capitales de provincia han mantenido o reducido el tipo impositivo. Los datos reflejan que el pago de IBI para una vivienda con un valor catastral de 100.000 euros varía significativamente entre ciudades, siendo Girona la que presenta una cuota más elevada.
En resumen, la situación fiscal en las distintas capitales de provincia es heterogénea, con algunas optando por reducir el IBI y otras experimentando aumentos en el recibo. Este análisis refleja la diversidad de estrategias fiscales en el ámbito local en un contexto marcado por la crisis sanitaria global.
Tags:
Categoría:
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.