La organización ambientalista, Ecologistas en Acción, publicó su informe anual sobre la calidad del aire en La Rioja, donde se evidencia un repunte en la contaminación del aire causado por el cambio climático y el aumento del tráfico.
Tras finalizar las restricciones de la movilidad por COVID-19, los episodios de partículas y ozono aumentaron debido al intenso calor y la falta de lluvias durante el 2022. Esto sucedió a pesar de la contracción económica derivada de la pandemia y la guerra en Ucrania.
El informe destacó que la totalidad de la población y el 99% del territorio riojanos estuvieron expuestos a niveles insalubres de contaminación en el 2022. Este resultado fue recopilado a partir de 780 estaciones de medición oficiales repartidas en todo el país.
El estudio concluyó que durante el 2022, la calidad del aire en La Rioja era peor que en 2020 y 2021. Se registró un aumento significativo en el PM10 (partículas respirables) y el dióxido de nitrógeno (NO2), mientras que las partículas finas (PM2,5) y el ozono tuvieron un aumento más moderado.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, todas las personas riojanas y el territorio, excepto la ciudad de Logroño, fueron afectados por el aire contaminado en 2022. Este estudio utiliza los valores máximos de contaminación recomendados por la OMS y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación de la Unión Europea.
El informe de Ecologistas en Acción reveló que la mitad de los riojanos respiraron aire que no cumplió los nuevos estándares legales propuestos por la Unión Europea para 2030 en la revisión de la normativa de calidad del aire en curso.
El empeoramiento de la situación en 2022 es una pésima noticia, según la Agencia Europea de Medio Ambiente. Cada año, al menos 25,000 personas mueren prematuramente en España por enfermedades agravadas por la mala calidad del aire, según el Instituto de Salud Carlos III.
El informe apunta que, desde el punto de vista del Banco Mundial, los costes sanitarios y laborales derivados de la contaminación atmosférica representan el 3,5% del PIB español, lo que supone 50,000 millones de dólares anuales. Además, el informe reveló que la información proporcionada a la ciudadanía por las administraciones públicas no es suficiente.
Los Planes de Mejora de la Calidad del Aire son obligatorios según la legislación, pero faltan en muchos casos y en otros son ineficaces debido a la falta de voluntad política. La única forma de mejorar la calidad del aire en las ciudades es disminuir el tráfico motorizado y promover la movilidad activa peatonal y ciclista y el transporte público limpio.
La crisis de COVID-19 demostró que la reducción estructural del transporte y la descarbonización de la industria y los edificios son las mejores herramientas para mejorar la calidad del aire en ciudades y zonas rurales.
Ecologistas en Acción pide a los nuevos alcaldes que prioricen la salud de sus vecinos sobre cálculos electorales poco justificados a la hora de implementar las zonas de bajas emisiones.
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