El abogado de la defensa en el 'Caso Entrena' ha alertado del peligro de basar la acusación de asesinato en su defendido en los testigos señalando que la memoria es frágil.
En la última sesión del juicio, por jurado popular, en el que el fiscal pide 23 años de cárcel, que las acusaciones particulares elevan a 28, a O.P tras la desaparición de J.O, por su presunto asesinato, la defensa ha mantenido que este último ha desaparecido por su propia voluntad y, por tanto, ha pedido su libre absolución.
El abogado, César Martínez, ha pedido al jurado aplicar el principio de que, "en caso de duda", se actúe "a favor del reo". Ha calificado el hecho de que no se ha podido encontrar el cadáver como una "prueba bumerán".
Así, se ha preguntado por qué J.O, desaparecido la noche del 29 de julio presuntamente asesinado por O.P. aunque no ha aparecido el cadáver, "no puede estar en Panamá disfrutando de las monedas de oro".
Para el abogado, "tener convencimiento no es válido, lo válido es lo que se pueda probar" o "acabaremos volviendo a quemar brujas en la Plaza del Mercado porque la gente dice que son brujas".
"Lo único probado es que no aparecen ni las monedas ni J.O", ha dicho apuntando que su defendido es "el más interesado" en que aparezca. Ha calificado lo ocurrido como un "pseudocidio".
"No hay nada más que lo que tenemos delante", ha aseverado poniendo en duda la declaración de la denunciante (la novia), que no siempre, ha dicho, dice la verdad.
Ambos tenían, ha apuntado, una relación de cinco meses, vivía con y de ella y decide robar las monedas del acusado. Una pequeña parte aparece en su coche pero, ha apuntado, "es posible que decidiera desaparecer con el resto".
"No era de La Rioja, su familia le había echado de casa, su relación era de cinco meses; con este panorama qué le impide entrar en la casa" del acusado, "dejar unas gotas de sangre y destrozar su teléfono", ha dicho creyendo obvio que "nadie desaparece con su teléfono para que alguien lo encuentre".
Ha desacreditado los testimonios de los testigos apuntando que "la memoria es frágil" y considerando que tienen memoria inducida porque ni siquiera todos oyeron lo mismo.
Para el abogado, basar una acusación de asesinato "en elementos periféricos, testigos, es peligroso". A esto ha sumado que la Guardia Civil, a su juicio, ha tenido una forma de proceder basada en "imaginarse las cosas".
Uno de los testigos que ha acudido al juicio, el primero al que llamó el acusado, es, para su abogado, crucial por "su sinceridad" y, así, ha dicho, llega a decir: "A mi no me habían dicho que me iban a preguntar tanto, sólo preguntas de sí o no".
El abogado se ha preguntado "quién le ha preparado" y si "prepararon al resto de los testigos". Junto a esto ha destacado "el número de veces que dice que" el acusado "estaba tranquilo".
Ha visto "falta de seriedad" en el informe de la Guardia Civil, con "invenciones y suposiciones"; y ha calificado como "invención carente de prueba" la mancha de aceite, que la acusación ve como prueba de que se ha intentado camuflar el cadáver.
"Eso no vale en un juicio por asesinato", ha dicho al tiempo que ha clamado, "dónde está la caída del cadáver" y "dónde están los restos de sangre en una furgoneta que no se ha limpiado en años".
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