
LOGROÑO, 10 Abr. - La Jefatura Superior de Policía de La Rioja ha desarticulado una red de estafas a través de la exitosa 'Operación Siruela', que se inició en julio de 2024 tras la denuncia de un ciudadano de Valencia. Este individuo reportó un cargo indebido en su tarjeta de crédito por la compra de un teléfono móvil de alta gama, lo que despertó las alarmas entre las autoridades.
La indagación progresó al examinar una denuncia presentada en la Jefatura Superior de Policía de Navarra por el responsable de seguridad de un comercio en Pamplona. En su informe, alertaba sobre una serie de estafas realizadas mediante la modalidad conocida como 'carding', que implica el uso fraudulento de tarjetas de crédito. Estas estafas se centraron en la compra de teléfonos móviles de alta gama, que alcanzaban un valor de hasta 1.600 euros cada uno. Los clientes afectados no habían autorizado estas transacciones, ni siquiera se dieron cuenta de lo sucedido hasta recibir los estados de cuenta de sus tarjetas.
Los investigadores analizaron minuciosamente los datos y descubrieron que las compras fraudulentas se habían realizado utilizando tarjetas de residentes en Madrid, Valencia y Jerez de la Frontera, y que la recepción de los productos tenía lugar en Logroño.
Frente a la inminente llegada de los envíos, el equipo de investigación estableció un robusto dispositivo de seguridad en las instalaciones de la empresa de transporte en Logroño. Gracias a esta vigilancia, lograron detener al sospechoso, quien se presentó para recoger tres dispositivos adquiridos de forma ilícita. Tras su arresto, se llevó a cabo un análisis exhaustivo de toda la información recabada para desentrañar el método utilizado y la magnitud de las víctimas implicadas.
El presunto estafador realizaba compras utilizando los datos de tarjetas de un conocido hipermercado, sin el consentimiento de sus legítimos propietarios, enfocándose exclusivamente en teléfonos móviles de alta gama, específicamente iPhones 15 Pro Max, valorados en aproximadamente 1.600 euros cada uno. Las transacciones incluían una dirección en Logroño para el envío de los dispositivos.
El autor de las estafas se apresuraba a recoger los envíos en la sede de transporte, ya que las direcciones proporcionadas no coincidían con su verdadero lugar de residencia. La investigación ha confirmado que las órdenes de compra se generaban desde diferentes localizaciones por medio de diversas direcciones IP en puntos de España como Navarra, Madrid, Aragón y Cataluña; incluso se rastrearon conexiones hasta Seattle (EEUU), aunque siempre las entregas iban a parar a Logroño.
Este tipo de fraude consiste en aprovechar los datos de tarjetas de crédito para llevar a cabo cargas al titular sin su conocimiento, obteniendo esos datos por diversas vías. En esta ocasión, el sospechoso utilizaba información para hacer pedidos de teléfonos de alta gama, cada uno por un monto superior a 1.000 euros, reiteradamente seleccionando el iPhone 15 Pro Max, que ronda los 1.600 euros.
La pesquisa liderada por el Grupo Investigador de Logroño ha determinado que el total de la cantidad defraudada alcanzó casi los 48.000 euros, afectando a 33 personas en diversas provincias del país. Además, se logró evitar compras adicionales por un valor de más de 21.108 euros gracias a los sistemas de seguridad de la plataforma de compras, mientras que el valor de los productos emitidos y entregados ascendió a 26.370 euros.
El avance de esta investigación ha dejado abierta la posibilidad de realizar más detenciones, dado que la red de afectados podría ser aún más amplia de lo inicialmente detectado.
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