
LOGROÑO, 27 de julio.
Paula Fernández, directora de Nutrium y experta en nutrición, ha lanzado una importante advertencia sobre los efectos de la deshidratación, que puede manifestarse incluso con leves pérdidas de líquidos. Según ella, el impacto puede ser insidioso, afectando nuestro estado emocional, concentración y rendimiento físico sin que nos percatemos de ello.
El equipo de Nutrium ha señalado que durante el verano, y especialmente en jornadas calurosas, el cuerpo pierde líquidos con mayor rapidez, haciendo esencial mantener una buena hidratación. Este consejo es válido no solo para quienes sudan en exceso, sino para todos.
De acuerdo con Nutrium, alrededor del sesenta por ciento del cuerpo humano es agua, lo que la convierte en un elemento vital para el funcionamiento de numerosos procesos en nuestro organismo. Por lo tanto, es crucial asegurarse un correcto consumo de líquidos.
El agua desempeña diversas funciones básicas, como regular la temperatura del cuerpo, transportar nutrientes y oxígeno a los órganos, facilitar la digestión y la eliminación de toxinas, así como lubricar y proteger los órganos.
Fernández ha subrayado que aunque una leve deshidratación puede pasar desapercibida, sus efectos pueden ser negativos y manifestarse mediante síntomas como la fatiga, dolores de cabeza, dificultad para concentrarse y un menor rendimiento físico, así como un deterioro en el estado de ánimo.
Cuando se pierde más del dos por ciento del peso corporal en líquidos, como podría suceder tras perder un kilogramo en una persona de cincuenta, las repercusiones para la salud pueden ser graves.
Los síntomas más comunes de deshidratación incluyen mareos, dolor de cabeza, debilidad y sequedad en la piel, además de una orina de color oscuro. Por lo tanto, revisar el color de la orina puede ser una manera efectiva de evaluar nuestro nivel de hidratación.
Nutrium también ofrece recomendaciones para garantizar un adecuado consumo de agua, especialmente en condiciones de calor. Entre estos consejos, se destaca la importancia de beber agua con regularidad, incluso si no se siente sed, ya que hay personas, especialmente los ancianos, que pueden no identificar las señales de deshidratación.
Asimismo, se recomienda incluir en la dieta alimentos ricos en agua, como frutas y ensaladas, y llevar siempre una botella de agua, especialmente al salir al aire libre. Es preferible evitar el consumo de alcohol y refrescos azucarados, ya que estos contribuyen a la deshidratación.
Además, es aconsejable moderar la ingesta de alimentos altos en grasas y sal, y tener en cuenta que el café tiene un efecto diurético que puede aumentar la necesidad de agua si se consume en grandes cantidades.
Los expertos de Nutrium aconsejan ajustar la hidratación en función de la actividad física, sugiriendo consumir alrededor de quinientos mililitros de agua en la hora previa al ejercicio, y al menos medio litro por cada hora de actividad física. Después del ejercicio, se recomienda reponer el peso perdido con un litro y medio de agua por cada kilogramo perdido.
Finalmente, se hace un llamado a estar especialmente atentos en días calurosos, sobre todo si se va a estar al aire libre o en la piscina. También es fundamental garantizar la hidratación de niños y personas mayores, quienes son más susceptibles a los efectos del calor.
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