LOGROÑO, 4 de julio. En un evento el pasado viernes, la Asociación de Gitanos de Navarrete llevó a cabo una concentración que bloqueó la calle San Juan, en respuesta a la alarmante situación de inseguridad que han enfrentado varios residentes. Según ellos, esta problemática se ha intensificado por las supuestas amenazas de un nuevo vecino en la localidad. “Si la situación continúa así, temo que podríamos enfrentarnos a una tragedia”, advirtió Alfredo Amador Gabarri, presidente de la Asociación.

Gabarri denunció que el conflicto se originó a raíz de la llegada de este individuo hace aproximadamente ocho meses. Ya se han presentado múltiples denuncias por amenazas, señalando que incluso ha exhibido un arma en actos de intimidación. “Este nuevo vecino ha desatado altercados serios y, aunque ha sido detenido varias veces, la justicia parece no actuar de forma efectiva”, añadió el presidente.

La comunidad local ha vivido un verdadero clima de miedo durante el último mes. Gabarri expresó su angustia, revelando que a nivel personal, ha tenido dificultades para conciliar el sueño por el temor constante que siente, no solo él, sino todos los habitantes de la calle. “Esta persona viene a amenazarnos a diario. Lo hemos reportado, pero las respuestas de las autoridades han sido insuficientes”, destacó.

Con una larga trayectoria en Navarrete, Gabarri enfatizó que nunca había vivido una situación tan complicada. “Llevo 47 años aquí, y un reciente inquilino ha trastornado nuestra paz. Hacemos un llamado urgente a la justicia para que se ponga fin a esta pesadilla”, reclamó.

Durante la manifestación, la comunidad gitana presentó un manifiesto que deplora la grave situación que enfrentan y exige soluciones inmediatas. “Nos consideramos personas de paz y trabajo. La comunidad gitana de Navarrete ha sido siempre parte integral y respetuosa del tejido social”, se leía en el documento.

Sin embargo, la misiva también alertó sobre la llegada de personas ajenas al pueblo que han perturbado la convivencia pacífica. En particular, se ha señalado un aumento en los problemas de okupación que han conllevado violencia y conflictos. “Nos hemos opuesto con firmeza a estas situaciones, pero ello ha creado un ambiente de agresiones hacia nosotros y nuestras familias”, continuó el comunicado.

Un caso reciente de violencia fue mencionado, en el que un okupante fue denunciado por amenazas de muerte, y aunque se le impuso una orden de alejamiento, esta resultó ser ineficaz. El pasado fin de semana, durante una celebración familiar, esta misma persona intentó atropellar a varios miembros de la comunidad con su automóvil.

Los miembros de la comunidad grabaron el incidente, que ya ha sido presentado ante la Guardia Civil. “A pesar de tener pruebas claras, la justicia no ha actuado de manera adecuada; el agresor fue liberado sin cargos”, lamentó Gabarri, quien destacó que el individuo incluso expresó en la grabación su deseo de haber evitado que lo reconocieran.

Por todo esto, la comunidad pide una pronta y eficaz respuesta judicial que garantice su seguridad. Exigen que se prohíba el regreso de aquellos que puedan poner en riesgo la tranquilidad de sus hogares, y un compromiso real por parte de la Guardia Civil y del sistema judicial para proteger a las familias gitanas de Navarrete.

Con esta protesta, los gitanos de Navarrete quieren poner en evidencia la situación de riesgo, amenazas y actos de racismo que han experimentado. En una muestra de unidad, la comunidad reafirma su deseo de convivir pacíficamente con sus vecinos y busca la colaboración de las autoridades para abordar las crecientes inquietudes que perturban la paz de su pueblo.

Recientemente, uno de los eventos más alarmantes ocurrió en la madrugada del viernes pasado, cuando el denunciado irrumpió con su vehículo en el área durante una fiesta, poniendo de manifiesto la grave situación de inseguridad que se vive en la comunidad.