
LOGROÑO, 16 de mayo. Un caso alarmante ha conmocionado a la sociedad española, conocido como el 'crimen de Viniegra'. Tres individuos, dos hombres y una mujer, se enfrentan a graves acusaciones tras la muerte de un hombre de 45 años, quien fue asesinado de un disparo en la nuca. Luego de cometer el crimen entre el 9 y el 11 de agosto de 2022, arrojaron su cuerpo en una sima de más de 50 metros de profundidad. En la última sesión del juicio, que ha durado siete días, los acusados optaron por no ejercer su derecho a declarar.
El jurado popular ahora tiene la tarea de deliberar sobre la culpabilidad de los implicados, tras recibir el veredicto por parte del juez, programado para el próximo lunes. Cabe destacar que al menos dos de los acusados han señalado a sus co-partícipes como responsables del homicidio, complicando aún más la situación.
La Fiscalía ha solicitado penas severas: 24 años de prisión por asesinato para cada uno de los acusados, además de un año y medio adicional por tenencia ilícita de armas. Adicionalmente, uno de ellos, J.A.G., enfrenta medio año más por conducir sin puntos en su licencia.
La última sesión del juicio, que se celebró el pasado viernes desde las 10:00 horas, concluyó con la exposición de las conclusiones finales tras revisar las pruebas testimoniales y periciales. Fue en este entorno judicial, donde el Ministerio Público argumentó que los acusados habían llevado a la víctima a un lugar apartado bajo el engaño de saldar una supuesta deuda, que culminó con el fatal disparo.
Días más tarde del asesinato, los acusados intentaron deshacerse del cuerpo en una sima inalcanzable, donde fueron interceptados por un agente forestal, lo que llevó a la detención de los implicados.
La Fiscalía insistió en que el crimen fue planificado con premeditación, destacando que el asalto ocurrió en un lugar oscuro y aislado, privando a la víctima de cualquier posibilidad de defensa. Los testimonios sugieren que la víctima recibió golpes previos al disparo, lo que agrega un matiz perturbador a un crimen ya de por sí atroz.
La acusación también destacó la brutalidad del ataque, señalando que los golpes infligieron sufrimiento innecesario, y que la acción fue una maniobra consciente por parte de los tres acusados. El abogado de la acusación subrayó que no hay dudas de su participación y que se trató de un acto cruel y planificado.
Además, la acusación particular ha pedido que se imponga un año y medio más de prisión por la tenencia de armas y ha enfatizado el engaño que sufriera la víctima, lo que tuvo un impacto devastador en su familia, especialmente en su hijo. En términos de compensación, la Fiscalía solicitó 200,000 euros para el hijo de la víctima y 60,000 euros para cada uno de sus padres.
Por su parte, los defensores de los acusados han expresado su desacuerdo con la narrativa presentada durante el juicio. Solicitaron al jurado que evite caer en especulaciones, argumentando que hay muchas teorías y pocas certezas acerca de quién fue el autor material del disparo, pidiendo así la absolución de sus clientes.
La defensa alegó que las circunstancias del crimen fueron influenciadas por el miedo o el consumo de drogas por parte de los acusados, quienes se señalan mutuamente. Sin embargo, la Fiscalía y la acusación particular desestimaron estas atenuantes como irrelevantes para la culpabilidad de los acusados.
La defensa de la mujer, que sostiene que estaba dentro del coche durante el suceso, insistió en que no tuvo ninguna participación en el crimen. Argumentaron que la cooperación necesaria para un delito debe ser esencial, y en este caso, su cliente no contribuyó de ninguna forma. Argumentaron que incluso si hubiera observado a los dos hombres deshaciéndose del cuerpo, no tendría responsabilidad alguna, apelando así a la presunción de inocencia y pidiendo su absolución.
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