Acusado del crimen de Cuzcurrita afirma que su cómplice se cambió de ropa ensangrentada después del asesinato.
En el marco de un inquietante juicio relacionado con el asesinato de un hostelero en Cuzcurrita, uno de los acusados ha insistido en su inocencia, afirmando rotundamente: "No hay más implicados. Yo no concerté este hecho con nadie". Estas declaraciones se producen mientras las tensiones en el tribunal aumentan, con la atención del público centrada en el trágico suceso ocurrido en mayo de 2023.
El hombre, uno de los procesados por el asesinato del propietario de un restaurante, ha testificado ante el juez que, después de la terrible noche, su compañero, de 53 años, cambió de vestimenta en una vivienda de Lardero donde solían adquirir drogas, ya que su ropa estaba "llena de sangre". Según sus palabras, el acusado se retiró "a lavar y a cambiar". Esta declaración añade un nuevo nivel de complejidad al caso, que ya ha capturado el interés de la comunidad.
Refiriéndose a la fatídica noche, el acusado, que tiene 38 años y es conocido de la víctima, expone que su única intención al acudir a la casa de Guillermo, el fallecido, era solicitar dinero para adquirir sustancias ilícitas. Sin embargo, sostiene que no anticipó lo que se avecinaba: "Guillermo no tuvo tiempo de reaccionar porque (el otro acusado, A.D.G.) le golpeó y chocó contra un mueble. Yo me quedé bloqueado", enfatizó. Tal declaración refleja su condicionamiento emocional en una situación que rápidamente se tornó violenta.
La noche en cuestión, el acusado también ha descrito a A.D.G. como alguien con “cara de psicópata” y ha expresado sentimientos de culpa, añadiendo que sus acciones podrían haber evitado la tragedia si no hubiera llevado a su compañero en coche. Este aspecto personal del testimonio sugiere un conflicto interno profundo y una lucha por reconciliar su implicación en los sucesos fatídicos.
El juicio, que se lleva a cabo en su segunda sesión, ha estado marcado por las dificultades emocionales del acusado, quien ha necesitado medicación debido a su problemática con las drogas. Su nerviosismo y estado de salud mental se han convertido en un punto central de atención durante las comparecencias en el tribunal.
El procesado reiteró su inocencia, apuntando que su visita a la casa era meramente para "pedir dinero". Enfatizó que, en un momento de desesperación, quedó en estado de shock al ver cómo A.D.G. se abalanzó sobre Guillermo. "Tuve miedo, me quedé en shock... fue una reacción inesperada", subrayó, mostrando así la angustia que marcó aquella noche.
El juicio avanza con las acusaciones de asesinato y robo con violencia presentadas contra los dos hombres, que se encuentran en prisión preventiva. La Fiscalía sostiene que los acusados habían ido al domicilio de la víctima con la esperanza de hallar una considerable cantidad de dinero, motivados por el conocimiento de que Guillermo administraba un popular restaurante en la localidad.
En el momento del crimen, alrededor de la medianoche del 2 de mayo de 2023, la víctima abrió la puerta de su hogar, y fue entonces cuando ambos acusados le propinaron múltiples golpes, conducentes a su trágica muerte. Esta acción brutal fue presuntamente con el propósito de sustraer el dinero de la recaudación del día.
Los acusados, mientras mantienen sus posiciones de inocencia, continúan acusándose mutuamente. C.S.R. ha comentado que, tras los eventos, fueron a Lardero donde A.D.G. se deshizo de su ropa y se lavó en un domicilio utilizado para la compra de drogas. Su declaración sugiere un intento de lavar no solo su ropa, sino también su conciencia ante una situación que se ha vuelto de alta repercusión social.
Respecto a la posibilidad de otros cómplices, C.S.R. ha mencionado que "gente en la cárcel lo ha comentado" pero ha negado que existan más implicados. Esta afirmación podría abrir la puerta a especulaciones sobre el trasfondo de los acontecimientos que llevaron al crimen.
En su testimonio, también destacó que su pareja ha sido objeto de amenazas y ataques verbales, lo que añade un oscuro contexto personal a este caso ya crudo. El temor al involucramiento de un "tercero" en el suceso plantea nuevas preguntas sobre las dinámicas delictivas en las que se estaba involucrado el acusado.
Al abordar su estado durante el día de los hechos, C.S.R. admitió haber consumido drogas, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre su memoria del suceso. No obstante, insiste en que su recuerdo es claro: "Recuerdo casi todo". Este aspecto ha sido una de las claves en su intento de colaborar con la justicia en medio de una trama tan compleja.
Si los acusados son hallados culpables, la Fiscalía ha solicitado una robusta condena de 27 años para cada uno, desglosada en 23 años por asesinato con premeditación y cuatro años por robo con violencia. En contraste, la familia de la víctima busca una condena aún más severa, solicitando una prisión permanente revisable, reflejando así el profundo dolor y el deseo de justicia por la pérdida del querido hostelero.
Además, la petición de libertad vigilada durante diez años y la indemnización de 300.000 euros a los hijos de la víctima constituyen otro punto crítico en este drama judicial que ha mantenido a la comunidad en estado de alerta.
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.