Crónica La Rioja.

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Sindicatos pronostican un intenso otoño ante el fracaso de negociaciones con la patronal de residencias en La Rioja.

Sindicatos pronostican un intenso otoño ante el fracaso de negociaciones con la patronal de residencias en La Rioja.

LOGROÑO, 9 de julio. La precariedad en el sector de las residencias y centros de día en La Rioja ha llevado a los sindicatos firmantes del IV Convenio Regional a anticipar un otoño lleno de tensiones. Debido a la falta de acuerdo con la patronal, CCOO, CSIF, UGT y USO han decidido que a partir de septiembre comenzarán a movilizarse si no se toman acciones efectivas para mejorar la situación laboral.

En un comunicado conjunto, los sindicatos han expresado su frustración ante la escasez de avances en las últimas seis meses de negociaciones. Atribuyen esta falta de progreso a la actitud de la patronal, que según ellos, no ha presentado propuestas que aborden las necesidades urgentes del sector.

“Es lamentable que no se reconozca la seriedad de los problemas que enfrentamos. Por tal motivo, hemos decidido iniciar un calendario de acciones para visibilizar este conflicto laboral y llamar la atención sobre la irresponsabilidad de las empresas”, manifestaron los representantes sindicales.

Añadieron también que es esencial establecer un convenio que asegure condiciones laborales dignas y remuneraciones justas, con el objetivo de hacer el sector más atractivo y evitar la fuga de trabajadores en los primeros días de empleo.

Sin embargo, reconocen que conseguir estas mejoras implica una inversión en calidad de servicio que la patronal parece reacia a realizar. Señalan que, a pesar de tener un aumento en los ingresos por plaza concertada y de haber ajustado los precios de las plazas privadas al IPC, las condiciones laborales siguen siendo insostenibles.

Los sindicatos describen el panorama actual como “crítico”. A la ya preocupante falta de personal se suma un incremento significativo en el número de plazas disponibles, lo que agrava la situación al no contar con suficiente personal para atender adecuadamente a los usuarios.

Además, hacen hincapié en que la patronal es consciente de la falta de cobertura en muchas ocasiones de las plantillas necesarias, así como de la elevada tasa de ausencias debido a la alta carga laboral y la escasa oportunidad de descanso. Estos factores han contribuido a un clima laboral deteriorado y a un aumento en la insatisfacción entre el personal.

Las condiciones económicas son igualmente alarmantes. Los gerocultores, que constituyen más del 60% de la plantilla, reciben salarios apenas superiores al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), mientras que los trabajadores de categorías más bajas apenas alcanzan ese umbral. Además, muchos sufren la pérdida de pluses, lo que complica aún más su situación económica.

Los representantes sindicales destacan que, dado el riguroso y estresante entorno de trabajo, resulta cada vez más difícil atraer y retener personal en este sector. Subrayan que deben abordarse urgentes reformas en las condiciones laborales que, en su opinión, son imprescindibles para revertir esta tendencia.

Entre las soluciones propuestas, los sindicatos exigen un aumento salarial de al menos un 25% en los próximos tres años y una reducción de la jornada laboral a 37 horas semanales, para ir progresivamente hacia las 35 horas. También piden la cobertura total de las bajas por contingencias y la mejora de las condiciones de conciliación familiar y laboral.

Asimismo, otra de sus demandas clave es la mejora de las ratios de personal por usuario y asegurar que los descansos semanales sean de mínimo dos días continuos. Estas medidas buscan garantizar un entorno de trabajo más saludable y menos agotador.

El tiempo se agota, y los sindicatos afirmaron que, si la patronal y la administración no toman cartas en el asunto, se verán en la obligación de responsabilizarlas por el deterioro de los cuidados en la región. A partir de septiembre, las movilizaciones buscarán poner de relieve la gravedad de la situación.

En conclusión, los trabajadores del sector de la dependencia, residencias y centros de día de La Rioja requieren mejoras urgentes en sus condiciones laborales, no solo para cuidar mejor a los usuarios, sino también para que su esfuerzo y dedicación sean valorados adecuadamente.