 
                                        LOGROÑO, 29 de octubre.
En La Rioja, los índices de absentismo laboral han alcanzado cifras preocupantes que están impactando seriamente a las empresas locales. Este fenómeno, que se ha acentuado en los últimos años, representa un verdadero reto para el desarrollo económico de la comunidad.
Un análisis llevado a cabo por la Federación de Empresas de La Rioja (FER), basándose en datos de diversas instituciones, revela que alrededor de 9.430 trabajadores faltan a su trabajo diariamente. De esta cifra, más de 7.200 están oficialmente de baja por problemas de salud, mientras que cerca de 2.164 personas se ausentan sin justificaciones médicas, lo que corresponde a un alarmante 22,94 por ciento del total.
Estas estadísticas muestran un claro aumento del absentismo que comenzó en 2019 y que ha escalado más del 80 por ciento a nivel nacional. La situación es crítica, teniendo en cuenta que en septiembre de 2025 se registraron 154.600 empleos en La Rioja, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE.
El informe más reciente de Randstad Research indica que el absentismo en esta región tuvo un costo económico del 6,1 por ciento sobre las horas convenidas durante el segundo trimestre. Analizando los diferentes sectores, se observa que la industria es la más afectada, seguida por los servicios y la construcción, con pérdidas significativas en las horas de trabajo acordadas.
En el contexto nacional, se estima que cerca de 1,56 millones de trabajadores faltan a sus empleos cada día, con un 21,4 por ciento de estas ausencias sin respaldo médico. Esta situación plantea serios desafíos para la productividad y la competitividad de las empresas, así como para la organización del trabajo y el bienestar laboral.
Es importante destacar que el impacto del absentismo es especialmente notable en las pequeñas y medianas empresas, que representan más del 98 por ciento del tejido empresarial en La Rioja. Estas entidades, muchas veces sobrecargadas, necesitan urgentemente una solución a este problema que amenaza su viabilidad.
Lamentablemente, la FER ha venido señalando la creciente crisis del absentismo desde hace varios años, especialmente tras la pandemia. Urge abordar este asunto con seriedad, considerando sus implicaciones en la economía, las empresas y el bienestar de la sociedad.
Entre las acciones recomendadas para mitigar el absentismo laboral, se sugieren varias medidas efectivas:
Un mayor control médico sobre las bajas y la inspección sanitaria puede asegurarse de que solo aquellos verdaderamente enfermos permanezcan ausentes.
Asimismo, es crucial potenciar el papel de las mutuas sanitarias, que deberían involucrarse más activamente en la rehabilitación de los trabajadores.
Finalmente, se deben reducir las listas de espera en los centros de salud. Una atención más rápida a los trabajadores enfermos facilitaría su recuperación y retorno al trabajo.
A pesar de que aún no están disponibles los datos económicos definitivos de 2025, las proyecciones del Observatorio de Recursos Humanos y CEOE estiman que el costo del absentismo laboral superará los 32.000 millones de euros, frente a los aproximadamente 30.000 millones registrados el año anterior.
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