
En los calurosos días de verano, la elección del horario para hacer ejercicio no es meramente un detalle; es una decisión crucial que puede determinar la salud de quienes practican deporte. Noelia González, profesora de Ciencias del Deporte en la Universidad Católica San Antonio (UCAM), enfatiza que los momentos más peligrosos para ejercitarse son entre las 12:00 y las 17:00 horas, cuando las temperaturas alcanzan su pico. La experta insta a prevenir riesgos y a evitar entrenar en este intervalo tan crítico.
A pesar de que este consejo puede parecer evidente, cada año se observan personas que se ejercitan en estas horas de calor extremo, lo cual puede resultar perjudicial para su bienestar. González aconseja realizar actividad física bien temprano por la mañana o al final de la tarde, cuando el sol es menos inclemente, un enfoque que se ha resaltado en un comunicado reciente de la universidad.
Además, la hidratación es un aspecto crucial durante el ejercicio, tal y como recalca González. Muchas personas cometen el error de esperar a tener sed para comenzar a beber agua. Por ello, es fundamental mantener una ingesta constante de líquidos, recomendando el consumo de medio vaso a un vaso de agua cada 15-20 minutos durante la actividad. También advierte que las bebidas azucaradas o con cafeína deben evitarse, ya que pueden contribuir a la deshidratación.
La elección del lugar para entrenar también juega un papel importante en las altas temperaturas. La experta aconseja buscar áreas sombreadas, como parques con árboles, para protegerse del sol directo. Asimismo, el uso de protector solar es vital, especialmente si se está sudando, aplicándolo cada dos horas.
Por lo que respecta al ejercicio en el interior, es fundamental que los espacios estén bien ventilados y con una temperatura que no sobrepase los 30 °C. Además, es importante tener en cuenta el tipo de superficie sobre la que se entrena; evitar terrenos como el asfalto o cemento que han estado expuestos al sol puede prevenir lesiones por calor o abrasiones en caso de caídas.
Expertos en el ámbito deportivo coinciden en que los adultos y mayores deberían realizar un mínimo de 150 minutos de actividad física moderada cada semana. Por otro lado, los niños y adolescentes deben llevar a cabo al menos 60 minutos de actividad física moderada diariamente. Es recomendable, además, incluir ejercicios que fortalezcan y mejoren la flexibilidad al menos dos veces por semana.
El calentamiento, tanto en verano como en invierno, es un componente fundamental antes de cualquier actividad física. Según González, un adecuado calentamiento y una fase final de enfriamiento son esenciales para que el cuerpo se adapte gradualmente al esfuerzo y se reduzca el riesgo de lesiones.
Finalmente, para evitar situaciones imprevistas, la experta aconseja “escuchar a tu cuerpo”. Si durante el entrenamiento aparecen síntomas como mareo, debilidad extrema, dolor en el pecho o dificultad para respirar, es vital detenerse de inmediato y buscar asistencia. Tener un teléfono móvil a la mano o entrenar en compañía puede hacer una gran diferencia en caso de emergencia.
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