La vicesecretaria de Regeneración Institucional del Partido Popular, Cuca Gamarra, ha expresado su desacuerdo con la reciente celebración del Gobierno de Sánchez tras las votaciones en el Congreso sobre el decreto de armas a Israel y la Ley de Movilidad Sostenible. Gamarra ha calificado de "anomalía absoluta" que el Ejecutivo se sienta satisfecho por estas decisiones, en un contexto donde lleva tres años sin presentar unos Presupuestos Generales del Estado.

Durante su intervención en el programa 'Parlamento' de RNE, Gamarra manifestó su incomprensión hacia la euforia gubernamental, especialmente cuando las votaciones estuvieron en entredicho hasta el último momento, a la espera del apoyo de Podemos, que había mostrado una postura crítica hacia ambas iniciativas.

La dirigente del PP no se mostró sorprendida por el cambio de postura de los miembros de Podemos, que inicialmente habían declarado que no respaldarían las propuestas. Para Gamarra, este comportamiento refleja la falta de autenticidad de la izquierda, afirmando que "todo es falso en esta izquierda".

Gamarra argumentó que la celebración del Gobierno por estas victorias es un intento de desviar la atención de un hecho que considera grave: la ausencia de un presupuesto de Estado durante tres años. La política riojana reiteró que lo normal en una democracia es tener un Gobierno que cuente con las cuentas públicas necesarias para funcionar adecuadamente.

La representante del PP insistió en que un Gobierno debe ser capaz de presentar un proyecto de Presupuestos antes del 1 de octubre, de acuerdo con lo estipulado en la Constitución. Aunque el Ejecutivo, a través de la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha anunciado que presentará algún tipo de presupuesto, Gamarra recordó que las actuales cuentas públicas pertenecen a la legislatura anterior, subrayando así la incapacidad del Gobierno para llevar a cabo su gestión correctamente.

Finalmente, Gamarra criticó la situación actual del Gobierno de Sánchez, señalando que no se trata de un verdadero Gobierno, sino de "un ejercicio de resistencia" para protegerse de las investigaciones de corrupción que enfrenta en los tribunales. Esta afirmación pone de manifiesto la percepción de un Ejecutivo débil, incapaz de afrontar los desafíos que tiene por delante.