La importancia de actuar con sutileza y no quitar importancia cuando una persona adolescente rechaza su cuerpo ha sido resaltada por la psicóloga clínica y de la salud Maria Pilar Berzosa.

En una entrevista a Europa Press, Berzosa, quien es profesora del Grado en Psicología e investigadora del grupo 'Psicología de la Salud, Familia y Pareja' de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), afirmó que es fundamental trabajar las emociones lo antes posible.

La experta destacó que gestionar las emociones dentro de la familia desde temprana edad facilitará que los niños tomen decisiones más acertadas cuando sean adolescentes.

Cuando llega la pubertad y comienzan a suceder cambios en el cuerpo, es importante prestar atención y escuchar atentamente a los adolescentes.

Si expresan frustraciones relacionadas con su apariencia física, como indecisión sobre qué ponerse o que todo lo que se prueban les queda mal, se debe evitar trivializarlo y en su lugar guiarlos hacia soluciones que les hagan sentir mejor.

Según Berzosa, es crucial hablar en la familia sobre cómo nos sentimos y cómo podemos mejorar nuestra salud, de esta manera los niños se abrirán más y compartirán sus inquietudes.

En lugar de abordar directamente los complejos físicos, se aconseja ser sutil y enfocarse en mensajes relacionados con la salud y el bienestar en general.

Por ejemplo, en lugar de decirle directamente a un adolescente que necesita adelgazar, se puede enfatizar la importancia de comer bien y realizar ejercicio para sentirse tranquilo y relajado.

En cuanto a las redes sociales, Berzosa advierte sobre el daño que pueden causar los filtros de Instagram y la forma en que la información discriminatoria lleva a los niños a buscar obsesivamente problemas relacionados con su apariencia física.

Por lo tanto, es fundamental que los padres tengan un control parental y estén atentos a los contenidos a los que sus hijos tienen acceso en línea.

En caso de detectar cambios drásticos en los hábitos alimentarios o el comportamiento de un adolescente, como vestirse con ropa muy holgada o evitar salir de casa, esto puede ser una señal de alarma de un trastorno más grave.

En ese caso, se recomienda buscar el apoyo de un psicólogo para abordar el problema de manera adecuada.

En resumen, es fundamental no minimizar las emociones de los adolescentes y actuar con empatía y atención hacia sus preocupaciones para promover una imagen corporal saludable.

Finalmente, Berzosa enfatiza la importancia de que los padres y madres proyecten una imagen positiva de sí mismos, ya que esto se transmite de manera constante a sus hijos.