La psicóloga general sanitaria Esther Gimeno, docente de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), ha señalado que la personalizada perfeccionista se está convirtiendo en un problema cada vez más común que afecta al 2,1% y al 7,9% de la población española. Según la experta, vivimos en una cultura que premia y exige el perfeccionismo, lo que lleva a muchas personas a buscar ayuda psicológica después de sentirse frustrados e insatisfechos por no poder alcanzar unos estándares ideales e irreales.

La consultas de pacientes con personalidad perfeccionista se han visto incrementadas especialmente tras la pandemia, que ha agudizado rasgos obsesivos en algunas por las medidas de protección frente al Covid-19. Gimeno ha añadido que muchas empresas buscan este tipo de personalidad en procesos de contratación y lo promocionan con cargos de responsabilidad.

La experta ha explicado que las personas con rasgos perfeccionistas suelen asociar su propia valía con el esfuerzo. Por otro lado, las redes sociales nos muestran conductas asociadas a un exceso de orden y perfección que fomentan personalidades más obsesivas.

Gimeno ha ofrecido una serie de consejos para los perfeccionistas. Entre ellos, destacan aprender a disfrutar del descanso y tiempo libre, delegar en los demás, aceptar otras formas de hacer las cosas, perdonar los errores y valorarnos por lo que somos, no por lo que hacemos.