Crónica La Rioja.

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Ecologistas en Acción insta a la administración a rechazar el proyecto de biogás en Sotés.

Ecologistas en Acción insta a la administración a rechazar el proyecto de biogás en Sotés.

LOGROÑO, 14 de septiembre.

Ecologistas en Acción de La Rioja ha solicitado oficialmente a las autoridades regionales que abandonen los planes para la instalación de una planta de biogás en Sotés, que funcionaría a través de la valorización de residuos orgánicos mediante digestión anaerobia.

Según el grupo ecologista, hay múltiples razones que justifican esta demanda. Un aspecto destacado es el notable incremento en el tráfico de vehículos pesados que se anticipa, ya que serán necesarios para el transporte de materiales hacia la planta, afectando así a las carreteras locales.

Además, el colectivo resalta que el proyecto no proporciona información precisa sobre el volumen de camiones que operarán diariamente ni el impacto que estos generarán en la población, considerando que transitarán por el núcleo urbano de Sotés.

Otro de los puntos cruciales que mencionan es la necesidad de que esta instalación esté sujeta a rigurosos controles de seguridad. Es fundamental que se garantice que la producción, el transporte y el uso del biogás no generen emisiones peligrosas como fugas de metano, para lo cual se deben realizar mediciones periódicas.

Desde Ecologistas en Acción argumentan que el estudio de Impacto Ambiental presentado por la empresa promotora no incluye medidas adecuadas para prevenir estas fugas, lo que genera una creciente preocupación.

También se alude a los problemas inherentes a la generación de un subproducto denominado digestato, que puede conllevar molestias debido a su mal olor, tanto durante su almacenamiento como al aplicarlo en los campos. Esto no solo podría afectar la calidad de vida de los habitantes, sino que también podría implicar riesgos para la salud pública.

La cercanía de la planta a poblaciones como Sotés, situada a menos de 600 metros, y Hornos del Moncalvillo, a menos de 900 metros, intensifica las inquietudes. La posibilidad de que los olores resultantes de la operación de la planta contengan sustancias perjudiciales para la salud es una de las preocupaciones primordiales del colectivo.

Además, han indicado que el funcionamiento de la chimenea de la planta implica la emisión de sulfuros, lo que, a pesar de los intentos de desulfuración del gas, no garantiza la eliminación total de substancias como el sulfuro de hidrógeno (H2S).

Esta situación conlleva una serie de inconvenientes y riesgos para la salud de los residentes y el entorno natural. Asimismo, la quema de metano genera carbono negro, un compuesto que forma parte de las partículas finas PM2.5, asociadas a problemas de salud respiratoria.

Otro aspecto importante mencionado es que, aunque el estudio de Impacto Ambiental incluye un programa de autoprotección para la planta, nunca fue comunicado a los ciudadanos, lo que resulta crítica para aquellos que residen a menos de 600 metros de la instalación.

Asimismo, los ecologistas destacan la falta de información en el estudio acerca de las medidas de seguridad y protocolo a seguir en caso de incendios o explosiones.

En su argumentación, el colectivo también subraya que el digestato; un residuo resultante del proceso de biogás, es un líquido que no solo tiene un valor reducido, sino que también contiene compuestos nocivos, y la gestión de este debe ser claramente detallada en el informe.

Por otro lado, critican que el proyecto omite explicar adecuadamente cómo se transferirán los gases generados en el proceso industrial hacia la red de distribución, un elemento fundamental en la operación de la planta.

Además, Ecologistas en Acción manifiestan su inquietud por el volumen de residuos que la planta procesará, que incluirá no solo residuos agroalimentarios y lodos de depuradoras, sino también desechos municipales de otras regiones, lo que sugiere que la planta podría atraer residuos de fuera de la comunidad autónoma.

Finalmente, expresan su temor a que la instalación de esta planta sirva como un incentivo para el establecimiento de grandes granjas en la zona, así como su potencial impacto negativo en el bosque de la sierra del Moncalvillo, situado a menos de 300 metros de la planta.

Por todas estas razones, Ecologistas en Acción de La Rioja exigen a la administración que descarten el proyecto en Sotés.