
En una reciente operación realizada por la Guardia Civil en La Rioja, se detuvieron a dos personas, un hombre de 43 años y una mujer de 60, ambos con un historial delictivo extenso, en el marco de una investigación por delitos de hurto y allanamiento de morada. Esta intervención fue el resultado de una denuncia presentada por un letrado de la Administración de Justicia en los Juzgados de Calahorra.
Los sospechosos habían asistido al juzgado para cumplir con una orden cautelar que les obligaba a presentarse en fechas específicas, los días 1 y 15 de cada mes. Sin embargo, durante su visita, la mujer logró ingresar a una zona restringida del edificio, a pesar de los carteles que indicaban que no debía pasar. Mientras ella se dirigía al despacho del letrado, su acompañante permanecía en la entrada, actuando como un "mirón" para evitar ser detectados por otros visitantes.
El letrado sorprendió a la mujer en su oficina y le indicó que debía salir y consultar con el personal adecuado. No obstante, tras esta interacción, el abogado se percató de que faltaban 140 euros en efectivo de su cartera. Alertados por esta situación, los responsables de seguridad del juzgado revisaron las grabaciones de las cámaras de vigilancia instaladas en el edificio.
Las imágenes confirmaron la secuencia de los hechos: la detenida ingresó al despacho en dos ocasiones, y en la segunda, se le vio manipular un objeto que luego guardó en su bolso. Su cómplice se había colocado estratégicamente en el pasillo para obstruir la vista, asegurando que sus actos no fueran detectados por otros. Esta evidencia, junto al testimonio del abogado y otros detalles recopilados, llevó a las autoridades a proceder con la identificación y arresto de ambos como presuntos responsables de los delitos cometidos.
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