Arranca la vendimia con una caída histórica en la producción de uvas, superando las peores previsiones.

La llegada de temperaturas más frescas a la región de La Rioja es un rayo de esperanza para los viticultores, coincidiendo con el inicio de la vendimia. Este alivio térmico se produce justo cuando comienza la recolección de uvas, lo que facilitará tanto su maduración como las tareas de cosecha.
Este lunes, la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja ha desvelado que la producción de uva está notablemente por debajo de lo habitual. Abel Torres, gerente de la Cooperativa de Aldeanueva de Ebro, ha calificado esta situación como una merma "histórica" que supera las expectativas iniciales.
En un esfuerzo por adelantarse a la cosecha, la cooperativa comenzó a recolectar desde las seis de la mañana, iniciando con uvas tempranillo blanco. Se prevé que esta semana también se sumen variedades como verdejo, viura y, posiblemente, tinto.
Torres ha comentado que la concentración de grados de alcohol en las uvas es más alta de lo anticipado, lo cual es normal tras una ola de calor intensa. La cooperativa tiene como objetivo ajustar el proceso de recolección debido a estas condiciones favorecedoras.
Las primeras observaciones tras el inicio de la vendimia indican una notable escasez de uvas, con una reducción que podría ser incluso mayor de lo que se había estimado previamente, que oscilaba entre el quince y el veinte por ciento. Sin embargo, Torres ha resaltado que la calidad de la uva es prometedora.
A pesar de los datos preocupantes de volumen, el gerente se muestra optimista, afirmando que, aunque es pronto para hacer pronósticos definitivos, se atreve a esperar una cosecha de "extrema calidad".
La sanidad de la uva es otro punto positivo mencionado por Torres, quien describió la calidad actual como “espectacular”, destacando que la falta de lluvia en los días previos ha tenido un impacto positivo en la recolección.
En el primer día de esta tarea crucial, se han recogido 220.000 kilos de tempranillo blanco, un logro que coincide con la llegada de un alivio térmico tras una ola de calor que afectó a la región, donde se llegaron a registrar temperaturas de hasta 42 grados.
El descenso de las temperaturas facilita que las uvas lleguen a la bodega en condiciones óptimas, reduciendo la necesidad de enfriamiento y permitiendo una maduración más lenta y adecuada.
Con máximas de 30 grados y mínimas por debajo de los 20, las condiciones climáticas son favorables para la fotosíntesis, generando azúcar durante el día y permitiendo que las hojas se recuperen por la noche. En contraste, la ola de calor había impuesto un gran estrés a las plantas, resquebrajando la salud de los frutos.
El sector vitivinícola respira aliviado ante la disminución de las temperaturas, que no solo les permite extender sus horarios de vendimia, sino que también beneficia a las plantas. Como bien apuntó Torres, “las plantas no pueden protegerse, mientras que nosotros solo podemos cubrirnos con una visera”.
Tags:
Categoría:
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.