
En el juicio por el asesinato ocurrido en Viniegra, uno de los imputados, identificado como J.A.G., en su declaración afirmó que nunca estaría involucrado en un asesinato, independientemente de la cantidad de dinero ofrecida. "No es parte de mi carácter", expresó, exculpando igualmente a su pareja, quien también enfrenta cargos por el crimen.
J.A.G. relató que fue su amigo, I.Z.A., el verdadero autor del disparo que acabó con la vida de la víctima, un hombre de 45 años con quien tenía una relación complicada debido a una deuda relacionada con drogas. Según su testimonio, él se encontraba de espaldas en el momento del suceso y se giró solo para ser testigo del fogonazo del arma. "Cayó a mis pies", recordó con impacto, señalando que tras el disparo, I.Z.A. lo amenazó, afirmando que podía hacer lo mismo con cualquier persona que se interpusiera en su camino.
El procesado insistió en que en ningún momento solicitó a I.Z.A. que matara a la víctima. "Ni por 3.500 euros ni por 10.000 me convertiría en un asesino", subrayó, manifestando que tanto su pareja como él están enfrentando un problema que no les corresponde. Esta declaración se produjo durante la sexta sesión del juicio, donde tres acusados son juzgados por el asesinato consumado el 9 de agosto de 2022, con una pena solicitada de 24 años de prisión por parte de la Fiscalía.
Durante su testimonio, J.A.G. admitió que sí había estado presente en el lugar de los hechos, pero aclaró que lo hizo bajo coerción. Reveló que si no hubiera mencionado datos concretos como el cruce o el paraje, el caso no se habría descubierto. "No participé en el asesinato ni en la disposición del cuerpo", enfatizó.
Recordando la fatídica noche, mencionó que se había reunido en el cruce de Villoslada con I.Z.A., quien le había prometido pagarle una deuda, lo que a su vez permitiría que él pudiera saldar lo que debía a la víctima. Sin embargo, tras varias demoras, la situación culminó de forma inesperada con el disparo.
J.A.G. indicó que la situación era tensa y que, aunque existía una deuda, mantenían un vínculo cordial que incluso les llevó a discutir la posibilidad de emprender un negocio juntos en el futuro. "La intención no era la de acabar con la vida de nadie", insistió, reiterando que se trató de un acto sorpresivo y no premeditado.
Después del disparo, confesó haberse quedado paralizado. A pesar de la amenaza de I.Z.A. de ayudarle a ocultar el cuerpo, él no pudo actuar debido a su estado de shock. "Había un caos que no podía procesar", manifestó, señalando que no tuvo la intención de participar en ningún homicidio y que estaba abrumado por los acontecimientos.
El conflicto surgía de una deuda inicial de 13.500 euros, de la cual ya había pagado una parte, quedando aproximadamente 4.500 euros pendientes. J.A.G. recalcó que había intentado varias estrategias para recuperar el dinero que le debían, incluyendo viajes a Algeciras para cambiar droga, aunque terminó siendo estafado.
Finalmente, incluso narró un viaje previo a Viniegra junto a su pareja, en el que se mencionó la posibilidad de asistir a una fiesta organizada por I.Z.A. y el eventual encuentro en la sima de La Torca, aunque aclaró que esto fue meramente casual y no parte de un plan criminal. "No había intención de hacer nada ilegal, simplemente fue un encuentro casual", concluyó su declaración.
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.