Crónica La Rioja.

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"Identificar la raíz del acoso escolar: la importancia de abordar el comportamiento del agresor"

LOGROÑO, 26 de octubre. En un reciente diálogo con Europa Press, Dyanne Ruiz, directora del Máster Universitario en Prevención y Mediación de Conflictos en Entornos Educativos de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), ha resaltado la importancia de abordar la conducta de los agresores como un factor determinante en la lucha contra el bullying. Según Ruiz, "los acosadores no aparecen de la nada", lo que sugiere la necesidad de una intervención temprana.

Ruiz ha expresado su firme creencia en que es posible prevenir el acoso escolar. Considera que esta acción es esencial y aboga por un enfoque integral que involucre a toda la comunidad educativa para que todos sean parte de la solución.

La especialista ha enfatizado que la colaboración de las familias es clave para descubrir cómo se forman estos patrones de conducta abusiva. "Debemos trabajar en la base de estos comportamientos", ha subrayado, haciendo hincapié en que la participación familiar puede marcar la diferencia en el proceso de prevención.

Para Ruiz, es crucial fomentar una cultura de convivencia y respeto en las escuelas. La detección temprana de cualquier señal de acoso es fundamental, ya que actuar en estas fases iniciales impide que la situación se agrave y se convierta en un caso de acoso evidente.

Los educadores desempeñan un papel esencial en este proceso. Según Ruiz, los maestros son la primera línea de defensa y tienen la responsabilidad de identificar indicios como cambios en el comportamiento o actitudes de los alumnos que podrían pasar desapercibidos, pero que indican que algo no va bien.

El enfoque propuesto por Ruiz aboga por una estrategia holística. Señala que los agresores también pueden haber sido víctimas de violencia o actúan de esa manera por miedo a convertirse en objetivos de abuso. Por lo tanto, es vital trabajar con ellos para romper este ciclo destructivo.

La académica explica que los patrones de comportamiento violento aprendidos en el hogar tienden a replicarse, lo que puede llevar a la perpetuación del acoso. Por eso, el tratamiento de estos casos se basa en prácticas restaurativas y en el desarrollo de habilidades socioemocionales que propicien un ambiente de paz.

Los protocolos de actuación son esenciales al detectar cualquier señal de alerta. Según Ruiz, "siempre hay indicios", aunque con el auge de las redes sociales, la situación se ha complicado, ya que el acoso puede continuar las 24 horas, privando a las víctimas de un refugio seguro.

Estas prácticas restaurativas no buscan únicamente penalizar a los agresores, sino también reconstruir su comportamiento y cultivar un sentido de comunidad y respeto. Ruiz destaca que se están implementando círculos restaurativos en el ámbito educativo, donde se discuten colectivamente estas situaciones difíciles, promoviendo el desarrollo de líderes positivos entre los alumnos.

Se ofrece a los agresores la oportunidad de participar en actividades que fomenten la reflexión sobre sus acciones, transformándolos en ejemplos de liderazgo positivo. "Son iniciativas valiosas que les enseñan que hay maneras constructivas de interactuar con su comunidad", concluye Ruiz, subrayando la importancia de cambiar la narrativa sobre el comportamiento agresivo en el entorno escolar.