En un nuevo caso de intento de introducción de drogas en una prisión, tres mujeres de diferentes edades y localidades españolas fueron sorprendidas tratando de ingresar sustancias estupefacientes al Centro Penitenciario de Logroño durante visitas a familiares presos. Las acusadas ahora enfrentan cargos por tráfico de drogas.
El pasado fin de semana, en una colaboración entre Instituciones Penitenciarias y la Guardia Civil, se implementó un dispositivo para prevenir el tráfico de drogas en la cárcel de Logroño. Este operativo incluyó la identificación y registro selectivo de visitantes con comunicación íntima de convivencia.
Antes de permitirles la entrada, funcionarios de la prisión y agentes de la Guardia Civil informaron a todos los visitantes sobre las consecuencias legales de introducir sustancias prohibidas en un centro penitenciario.
Una perra policía llamada "Dora", parte del Servicio Cinológico de la Guardia Civil, ayudó a detectar posibles portadoras de drogas entre los visitantes gracias a su entrenado olfato. Tres mujeres fueron marcadas como sospechosas y sometidas a un cacheo superficial.
Como resultado de la inspección, se descubrió que las mujeres llevaban escondidos varios gramos de hachís en diferentes partes de sus cuerpos. En total, se incautaron 22, 24 y 48,5 gramos de esta sustancia ilegal.
Tras el hallazgo, las autoridades del Centro Penitenciario de Logroño tomaron las medidas necesarias, documentando el decomiso de las drogas y notificando a la Autoridad Judicial sobre lo sucedido.
Estas acciones no solo impiden la entrada de drogas a las cárceles, sino que también se han evitado intentos de pasar dispositivos electrónicos y más drogas en el pasado. En una ocasión en 2023, una mujer de 75 años fue descubierta con un teléfono móvil, un cargador, una tarjeta SIM, hachís y heroína escondidos en su cuerpo durante una visita a su hijo preso en el Centro Penitenciario de Logroño.
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