El investigador Ildefonso Álvarez Marín ha obtenido el grado de doctor por la Universidad de La Rioja con una tesis que pretende detectar casos de acoso y ciberacoso entre adolescentes de forma rápida y sencilla. La herramienta, denominada European Bullying and Cyberbullying Intervention Project Questionnaire (EBCIP-QB), ofrece una versión reducida de los cuestionarios originales y ha recibido financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación de España y de las Ayudas Fundación BBVA a Equipos de Investigación Científica 2017. La tesis, titulada ‘Acoso y Ciberacoso Escolar: Evaluación y Ajuste Psico-social’, ha obtenido la calificación de sobresaliente ‘cum laude’.

La herramienta hace posible que los profesores puedan detectar en el aula situaciones de acoso y ciberacoso de las que, en muchas ocasiones, no son conscientes. La brevedad del cuestionario lo hace ideal para ser aplicado en contextos escolares y posibilita que se puedan implementar programas tanto preventivos como de intervención psicológica.

El investigador explica que el test está diseñado para ser aplicado colectivamente en el aula, en formato físico de papel o mediante una aplicación para formularios de Google, entre estudiantes de 14 a 18 años. Las respuestas son voluntarias y confidenciales y es necesario obtener el consentimiento informado de los padres o tutores legales de los participantes.

El cuestionario recoge las cuatro dimensiones en las que se estructura el maltrato escolar: victimización, agresión, cibervictimización y ciberagresión. Para su elaboración se han recopilado ítems de los cuestionarios originales, teniendo en cuenta tanto los criterios teóricos como psicométricos.

La investigación también confirma la asociación entre dificultades socioemocionales y acoso. Los adolescentes implicados en situaciones de maltrato escolar evidencian problemas de autoestima, síntomas de depresión y dificultades conductuales y sociales. Además, se ha descubierto que las personas con mayor probabilidad de convertirse en víctimas suelen mostrar un bajo nivel de autoestima y alta ansiedad social, mientras que las más propensas a ser agresoras presentan baja empatía y autocontrol.

Para detectar una situación de acoso o ciberacoso escolar en adolescentes, es fundamental prestar atención a los síntomas. La pérdida de interés por las tareas escolares, una disminución del rendimiento académico, el aislamiento del menor y cambios en su actitud o comportamiento cotidiano son algunos de los signos a los que hay que prestar atención. En el caso del ciberacoso, también es importante estar atentos a un desinterés por el uso del móvil o de internet o nerviosismo cuando se emplea.