Pacientes en hospitales de La Rioja disfrutarán de un banquete con langostinos, lubina y turrón esta noche.
El 31 de diciembre en Logroño se presenta una oferta culinaria que destaca por su cuidado y atención a los detalles: langostinos con mayonesa, crema de champiñón, lubina a la bilbaína con pimientos del piquillo, flan y uvas moscatel acompañadas de turrón. Este es el menú que se ofrecerá esta noche en los hospitales del Servicio Público de Salud de La Rioja.
No es una casualidad, sino una tradición arraigada, que los Servicios de Alimentación de los hospitales riojanos se esfuercen por elaborar menús especiales durante las festividades de Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y el Día de Reyes. A lo largo de los años, este compromiso ha sido una muestra del deseo de hacer más llevadera la estancia de los pacientes durante estas fechas tan significativas.
Este esfuerzo es el resultado del arduo trabajo del personal de cocina de distintos centros hospitalarios, incluyendo el Hospital Universitario San Pedro de Logroño, el Hospital de Calahorra, el Hospital General de La Rioja, y el Centro de Salud Mental de Albelda de Iregua. Su dedicación busca transformar la experiencia hospitalaria en un momento más ameno y menos austero para quienes están ingresados en estos días especiales.
El menú festivo, sin embargo, no se limita a las dietas estándar; los hospitales también tienen en cuenta las necesidades de aquellos pacientes que requieren dietas terapéuticas específicas debido a su condición médica. Se asegura, además, que se ofrezcan opciones para aquellos que no pueden consumir gluten, para diabéticos, e incluso alternativas vegetarianas, atendiendo así a la diversidad de necesidades alimenticias.
Maria José Martínez, subdirectora de Hostelería del Servicio Riojano de Salud, ha compartido su perspectiva sobre este esfuerzo, enfatizando que el objetivo es "que ellos, a pesar de estar ingresados, se sientan como si estuvieran comiendo en casa". Esta declaración resuena como un importante recordatorio del valor de la atención personalizada en el ámbito sanitario.
Es crucial señalar que los menús se reformulan para satisfacer las necesidades de cada paciente. En algunos casos, esto significa empezar desde cero. Por ejemplo, aquellos con dietas para la disfagia reciben los alimentos debidamente triturados. El compromiso va más allá de la mera alimentación; se busca que, "cuando ellos coman el puré, les sepa a algo especial y puedan apreciar el sabor del plato, para que sepa y huela a Navidad". Así, el hospital se convierte en un lugar que no solo atiende la salud física, sino que también se esfuerza por brindar un poco del calor de los hogares durante las fiestas.
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