La Biblioteca de La Rioja inaugura una exposición que repasa los primeros 20 años de depósito legal en la región, abarcando el período entre 1958 y 1979. A través de carteles y otros materiales gráficos de la época, se puede apreciar la evolución de la sociedad durante ese tiempo.
Desde el año 1958, los impresores de la provincia de Logroño y posteriormente de La Rioja, deben solicitar el número de depósito legal antes de difundir cualquier publicación. Este número, explicado por el director general de Cultura, Roberto Iturriaga, está compuesto por las iniciales de la provincia de Logroño, un número correlativo y el año. Con la creación de la Comunidad Autónoma de La Rioja en 1980, también hubo un cambio en la denominación de la provincia que afectó la identificación del número de depósito legal.
En una comparecencia de prensa, acompañaron a Iturriaga el director de la Biblioteca de La Rioja, Josu Rodríguez, y el comisario de la exposición, Gabriel Santolaya. La muestra ofrece un recorrido intergeneracional que permite a los visitantes sumergirse en la vida y el disfrute de La Rioja entre los años 1958 y 1979, abordando diversas temáticas como publicidad, política, religión, deporte y diversión.
Los carteles expuestos van desde anuncios de corridas de toros hasta la inauguración de colegios, pasando por charlas sobre la virginidad, mítines políticos de figuras como Felipe González y Manuel Fraga, e incluso promociones para unirse al club deportivo CD Logroñés, entre otros. Rodríguez destacó la importancia histórica del Depósito Legal, remontándose a sus orígenes en el siglo XVII, y resaltó la relevancia de que los autores depositen sus publicaciones para preservar la historia cercana de La Rioja.
Actualmente, se recopilan alrededor de 2.000 números de depósito legal al año, lo cual supone un desafío en términos de conservación y digitalización de todo este material. La Biblioteca de La Rioja se encarga de archivar y catalogar estos ejemplares, incluyendo no solo carteles y publicaciones, sino también materiales digitales como páginas web, películas y música.
El objetivo a largo plazo es asegurar que todo este rico patrimonio documental salga a la luz y se digitalice, para que pueda seguir siendo accesible para las generaciones futuras. Santolaya enfatizó la labor de selección que implicó la exposición, dada la cantidad de material disponible, pero resaltó el buen estado de organización y cuidado en el que se encontraba dicho material.
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