Solicitan transformar la fosa común donde fueron sepultados en un espacio "adecuadamente señalado para la memoria histórica"
BILBAO/ LOGROÑO, diez Sep.
Representantes de Ezker Anitza-IU y también Izquierda Unida La Rioja y colectivos memorialistas han festejado este sábado un acto en recuerdo a los vecinos de los pueblos riojanos de San Asensio, Anguciana, Rodezno, San Vicente de la Sonsierra y Haro fusilados y sepultados en las cercanías de Labastida.
Instantaneamente se hizo un llamamiento a los Gobiernos de Euskadi y La Rioja y a los municipios implicados a "que muevan ficha para transformar este lugar en un espacio de reconocimientos a las víctimas y de memoria democrática colectiva adecuadamente señalado".
Según indicó Ezker Anitza-IU, entre el 3 y el 6 de noviembre de 1936 un total de ocho vecinos de los pueblos riojanos de San Asensio, Anguciana, Rodezno, San Vicente de la Sonsierra y Haro fueron ejecutados y sepultados en La Bastida.
Pasados 86 años, Ezker Anitza-IU y también Izquierda Unida La Rioja han recordado este "triste episodio" y, al lado de representantes de los colectivos memorialistas Asociación Memorialista La Barranca y Asociación Labastida 1933, han rendido homenaje a estos vecinos "fusilados por el único hecho de haber luchado por la independencia y olvidados por las instituciones a lo largo de todos estos años".
Las direcciones de las dos formaciones han puesto un ramo de flores y la gente ayudantes han depositado claveles en su memoria en el sitio donde se encuentra la fosa, ubicada en la región famosa como 'La Virgen', en la carretera de Rivas de Tereso, a 1,5 km de Labastida.
A lo largo del homenaje, Ezker Anitza-IU y también Izquierda Unida La Rioja han asegurado que es "esencial ofrecer visibilidad y rendir homenaje a estos ocho vecinos riojanos asesinados por el fascismo por el único hecho de haber luchado por la independencia".
En ese sentido, las dos formaciones han solicitado al Gobierno Vasco, al Gobierno de La Rioja y a los Ayuntamientos implicados que "muevan ficha de una vez para transformar esta fosa en un espacio correctamente señalado para la memoria histórica y el reconocimiento de las víctimas, y como una aportación a la memoria democrática colectiva".
Ámbas formaciones promotoras de este homenaje han lamentado que "ninguna institución pública haya amado en ningún instante admitir a las víctimas a través de la instalación de algún monolito o elemento que recuerde los hechos allí sucedidos".
En ese sentido, han argumentado que el Gobierno vasco "no ha actuado pues los asesinados eran de la red social vecina", y el Gobierno de La Rioja, por su lado, "tampoco ha emprendido ninguna acción de memoria histórica pues la fosa está en territorio alavés". "Unos por otros se prosigue sin realizar justicia con las víctimas y sus familias", han manifestado.
Para terminar a este "olvido institucional", el parlamentario de Ezker Anitza-IU en el conjunto Elkarrekin Podemos IU, Jon Hernández, presentó el año pasado una idea para "dignificar y señalizar de manera correcta la fosa común y también Labastida", que fue aprobada por la cámara vasca.
En la Propuesta No de Ley se instaba al Gobierno vasco a ayudar con las instituciones implicadas para hacer este reconocimiento. Sin embargo, hasta hoy "ninguna de estas instituciones dió cumplimiento al acuerdo plenario", han denunciado.
Los restos de Vicente Rojas Carborenas y Felices del Campo Abalos, de San Asensio; Félix Urrecho Ruiz y también Ismenio Moneo Tordomar, de Haro; Nicolás Martínez de Sojo, de Anguciana; Braulio Antón García, de Rodezno; y Juan Martínez de Abalos y Martín Ramírez Apilánez, de San Vicente de la Sonsierra fueron exhumados por la idea privada de múltiples vecinas y vecinos.
El permiso para efectuar el trámite fue pedido el diez de diciembre de 1979 por Blanca Ramírez López, hija de entre los asesinados. El 8 de junio de 1980 los restos de estos ocho vecinos fueron depositados en el cementerio de san Vicente de La Sonsierra.