En la ciudad de Logroño, el profesor e investigador de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Luis Cerdá, ha manifestado su apoyo a la promoción de un turismo más responsable, inteligente y sostenible. En sus declaraciones, ha señalado que aunque no se haya alcanzado el límite del turismo a corto plazo, se vislumbran cambios en el tipo de turismo y en los medios de transporte utilizados. Es muy probable, añadió, que sea necesario dirigirse a otros mercados o apostar por un turismo más personalizado.
En una entrevista con Europa Press, Cerdá destacó la capacidad de regeneración que posee el turismo, mencionando que, a pesar de haber recibido más de 85 millones de turistas extranjeros en 2023, es probable que el año próximo se alcance un nuevo récord en España. Expresó que, tras la pandemia, se ha observado un significativo crecimiento en la reactivación del turismo, con un mayor interés por parte de las personas por viajar.
El investigador señaló la necesidad de diversificar el tradicional turismo de masas, sugiriendo la exploración de otros mercados y tipos de turismo alternativos. Destacó la importancia de dirigir la atención hacia mercados asiáticos, como una opción que podría resultar beneficiosa para el sector turístico en España.
Por otra parte, Cerdá abogó por la desestacionalización del turismo, con el objetivo de evitar concentraciones masivas de visitantes en determinadas épocas del año, lo cual también beneficiaría la sostenibilidad. Subrayó la importancia de buscar una redistribución equitativa del turismo a lo largo de distintas temporadas, para prevenir problemas como la sequía en determinadas zonas durante la temporada alta.
El investigador también hizo hincapié en los efectos negativos que el turismo masivo puede tener en la habitabilidad de ciertas localidades, llegando incluso a generar estrés en determinadas regiones. Hizo referencia a la presión que se ejerce sobre ciudades intermedias como Santiago de Compostela, Córdoba o Toledo, debido al aumento del turismo.
En relación con la despoblación rural, Cerdá propuso la valorización del patrimonio cultural y paisajístico de los municipios afectados, destacando el potencial del turismo de aventura y ornitológico como alternativas atractivas. Asimismo, planteó la posibilidad de limitar el acceso a grandes grupos turísticos o implementar tasas turísticas, inspirándose en medidas como la adoptada recientemente en Venecia, para evitar la saturación y mantener un equilibrio adecuado.
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