LOGROÑO, 10 de noviembre.

La escritora Esther López Calderón ha hecho su debut en el mundo literario con la novela 'Pipas', en la que examina a fondo a la primera generación española que ha crecido bajo el régimen democrático. A través de la narrativa de un grupo de jóvenes que se congregan diariamente a las seis y media de la tarde en una zona periférica de la ciudad, la autora invita a los lectores a reflexionar sobre múltiples aspectos de la vida mientras disfrutan de una actividad tan sencilla como comer pipas.

La presentación oficial de esta obra tendrá lugar el próximo jueves, 14 de noviembre, a las 19:00 horas en Logroño, en el Espolón, durante el prestigioso Festival 'Cuéntalo'. Cabe señalar que un día antes, el miércoles 13 de noviembre, la escritora participará en una charla en la Biblioteca Rafael Azcona, junto a Anna Pacheco, con la moderación de María Folguera, a la misma hora.

López Calderón ha compartido que el proceso de creación de 'Pipas' ha sido una experiencia increíble, resaltando que al presentar sus imagenes, muchos lectores han logrado evocar sus propias memorias y sentimientos. Esta interacción con el público ha sido parte del encanto de su aventura literaria.

En sus declaraciones, indicó que su novela presenta elementos ensayísticos, destacando que se inspiró en sus propias vivencias personales al regresar a su hogar a casi cuarenta años durante la pandemia. Este periodo la llevó a confrontar una serie de estados emocionales. Así, sintió la necesidad de capturar la “temperatura emocional” de la primera generación nacida en la democracia en España.

La historia se centra en un grupo de amigos que habitan en la periferia industrial de Santander, pero la escritora aclara que la situación podría aplicarse a cualquier otra periferia del país. Cada sábado, los protagonistas se reúnen en un banco del parque a disfrutar de pipas y reflexionar sobre sus vidas. En este contexto, destacó la relevancia de las generaciones anteriores: aquellos abuelos que llegaron en las décadas de los 50 y 60 buscando un futuro mejor, y que luego establecieron familias en estas nuevas comunidades.

Más adelante, continuó diciendo que los hijos de estos emigrantes, quienes votaron por Felipe González en los años 80, comenzaron a identificarse como clase obrera, marcando una nueva era en la que la primera generación en nacer en democracia tuvo acceso masivo a la educación universitaria. Sin embargo, López Calderón también aborda los desafíos de esta generación, refiriéndose a ellos como "la España desilusionada", esa "España que se comía las pipas y que a menudo se quedaba con las cáscaras vacías en la mano".

En el contenido de su libro, se aprecia una crítica a las instituciones, las cuales, según la autora, no han hecho lo suficiente por la clase media española. No obstante, enfatiza la ausencia de victimismo en su narrativa. La percepción que tenían de estas instituciones ha sido desenmascarada, revelando que los flujos de poder y dinero continúan concentrados donde siempre han estado y que las instituciones no siempre han estado comprometidas con mejorar la vida de sus ciudadanos.

Un dato curioso sobre la estructura del libro es que López Calderón ha diseñado su forma como una bolsa de pipas, donde cada capítulo representa un puñado que recoge. La narrativa se presenta en fragmentos, similares a las pipas con diferentes sabores: algunas más saladas, otras agridulces o incluso vacías, reflejando las diversas experiencias que se pueden encontrar en la vida.

Además, la participación de la escritora en el festival 'Cuéntalo' permite explorar el tema de la ciudad, un aspecto que ella considera una de sus grandes obsesiones, especialmente en lo que respecta a la relación entre el centro y la periferia. En su visión, el centro representa el lugar donde se crean las leyes y se celebran las festividades, mientras que las construcciones y las obras suelen quedar relegadas a la periferia.

La ciudad se convierte, por tanto, en el escenario perfecto para experimentar la transición entre diferentes universos, desde los más pequeños hasta los más grandes, y luego regresar a lo íntimo, un viaje que la autora considera fundamental en la narrativa contemporánea.

Por último, cuando se le preguntó sobre la percepción de que los jóvenes leen menos, López Calderón repitió que esa idea es un mito. Argumentó que las divisiones comerciales y literarias, especialmente en cursos infantiles y juveniles, son actualmente las de mayor venta. Afirma con convicción que los jóvenes sí leen y que disfrutan de las historias bien contadas, concluyendo que su interés por la narrativa sigue intacto.