LOGROÑO, 4 Feb.
La directiva del Máster de Formación Permanente en Medicina Estética y Antienvejecimiento de UNIR, Cristina de las Heras, aseguró que "el anti-envejecimiento debe ser tan progresivo como el envejecimiento", tal es así que "lo que hagamos no pese con el tiempo".
En una entrevista a Europa Press, ha asegurado que "si llenamos una cara en unos años perderá tensión, con lo que acabará abajo lo que antes hemos puesto arriba", con lo que "el encontronazo que nosotros hagamos sea con un plan esencial en el momento de emprender un régimen que no será puntual, sino más bien por varios años".
"Hay que acordar con la historia médica, y con la primera visita que realice el tolerante, que éste se reconozca en entre los concretes que disponemos reconocido", tal como que "comprenda realmente bien los pasos que debe proseguir para tenga después un anti-envejecimiento saludable", ha detallado la doctora.
Todo ello para eludir lo que se conoce como 'huella estética', que es "algo de lo que se viene comentando en los últimos 2 o tres años", por el hecho de que "existe ahora algo de incomodidad y detenermos para poder ver qué hacemos en nuestros pacientes; o sea, no solo deseamos corregir los defectos que vamos observando, como el correr del tiempo, la edad, los pésimos hábitos, sino todo ello va provocando un encontronazo en la cara".
De las Heras ha señalado que "en el momento en que nosotros corregimos un inconveniente estético en el final tendrá una consecuencia no solo en el punto que inyectamos, sino más bien asimismo la mímica, en la expresión o en la composición determinante de ese rostro que deberemos proseguir intentando, pues va a proseguir avejentando y, por consiguiente, viniendo a nuestra solicitud".
En este sentido, ha reconocido que "como todo tiene una influencia, un encontronazo, que es lo que llamamos huella, vamos a procurar producir una aceptable huella". "Deseamos que las cosas, con independencia de los materiales que usamos, que son biodegradables, biocompatibles, que se reabsorben en un tiempo, y nos presentan una seguridad, que no dejarán restos", ha añadido.
La directiva del Máster de UNIR, sin embargo, ha apuntado que "si bien esos materiales se biodegraden, vimos en los últimos años, que en ecografías o resonancias tienen la posibilidad de verse restos de ese implante alén de lo que el laboratorio nos comunica, por lo que iremos a poseerlo presente en el momento de efectuar otros tratamientos a fin de que no desarrollan, por ejemplo cuestiones reacciones inflamatorias".
De las Heras asimismo ha apuntado que últimamente "vemos pacientes poco a poco más jóvenes, guiados por los influencers". De hecho, "comienzan como a los 25 o 26 años en el momento en que antes era sobre los 40; en el momento en que se afirmaba que habían perdido la lozanía en la cara".
En este punto, ha señalado que "existe como una suerte de propósito personal de llevar a cabo tu imagen, y tener tu identidad, por el hecho de que te lo proporciona la medicina estética". No obstante, ha apuntado que "debemos realizar predominar nuestro método que es anatómico, y sabiendo que hay materiales que dejan huella".
"La consecuencia de todo lo mencionado -ha añadido- es que vemos semblantes, que técnicamente están realmente bien tratados, pero se distancia de la imagen auténtica de lo que es un rostro en todas y cada una de las etapas de su madurez", hasta el punto de "ver semblantes que chocan".
Por ello, la asimismo diplomada en Medicina y Cirugía ha letrado por tratar los semblantes "con terapias que sean regenerativas, precautorias del envejecimiento" con lo que "las construcciones mucho más superficiales que ligan la piel a la grasa, al músculo o al hueso tengan la bastante viscoeslaticidad a fin de que aguanten las construcciones mucho más profundas".
También indicó que hay un sistema que es el "panículo reticularis, que es una composición que está entre la piel y la grasa, con lo que ahora poseemos un conocimiento esencial para lograr accionar a esos escenarios a fin de que la solidez de la piel sea suficientemente buena, y además de esto esa fuerza de contención logre viajar por las construcciones para contener el tejido, en lugar de completar, completar y completar".
Finalmente, De las Heras ha reconocido que con la edad "se marchan perdiendo una parte de la grasa facial, en la región central más que nada, con lo que hay que devolver esa plenitud al vacío que ocurrió, y llevarlo a cabo de forma progresiva y con los pies en el suelo".