Crónica La Rioja.

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Abierto el período de suscripción al seguro de cultivos frutales para la próxima campaña 2024

Abierto el período de suscripción al seguro de cultivos frutales para la próxima campaña 2024

La campaña del seguro de frutales de 2023 en La Rioja ha finalizado con una cantidad total de 8,6 millones de euros.

LOGROÑO, 3 de diciembre.

Ha comenzado el periodo de suscripción para el seguro de frutales (albaricoque, ciruela, manzana, melocotón, nectarina, paraguayo, pera y platerina) de la próxima campaña a través de los módulos que ofrecen las opciones de aseguramiento más completas: helada y mal cuajado, pedrisco y lluvia e inundación, los riesgos más comunes para el sector.

El nuevo plan del seguro de frutales presenta algunas novedades importantes. Una de ellas es la individualización de las coberturas para aquellos asegurados con una alta frecuencia de siniestralidad. Esta medida afecta solo al 6% de los asegurados de la última campaña y evita que el 94% restante de los productores de frutas asegurados se vea perjudicado por los resultados de otros agricultores.

Además, el seguro de frutales permitirá asegurar como plantones aquellas plantaciones cuya producción no sea rentable en su primer año, y también incrementa el valor asegurado para la nectarina de media estación y tardía para ajustarse a las condiciones del mercado.

La campaña de 2023 del seguro de frutales ha finalizado con 105 millones de euros en indemnizaciones, las cuales ya han sido abonadas en su mayoría. La mayoría de estas indemnizaciones corresponden a fruticultores asegurados en la Región de Murcia (46,3 millones de euros), Aragón (14,1 millones), Extremadura (12,6 millones), La Rioja (8,6 millones), Cataluña (7,9 millones) y Castilla-La Mancha (7,1 millones). El resto se divide entre productores de Andalucía, Comunidad Valenciana, Navarra, Castilla y León, Islas Baleares y País Vasco.

Las variaciones de temperatura, con valores superiores a lo normal en marzo y abril, así como las heladas durante la primera semana de abril, tuvieron un impacto significativo en la floración y el cuajado de las frutas, especialmente las de hueso, en áreas como Extremadura, la Región de Murcia y otras regiones productoras. Además, las tormentas posteriores de lluvia y pedrisco causaron daños considerables entre junio y septiembre, cuando la cosecha ya estaba en los árboles.